VATICANO, 10 Nov. 10 (ACI).- En la Audiencia General de este miércoles, el Papa Benedicto XVI se refirió a su reciente viaje a España, en donde llegó a las ciudades de Santiago de Compostela en ocasión del Año Santo Compostelano o Xacobeo; y a Barcelona en donde dedicó la ahora Basílica Menor de la Sagrada Familia, obra del arquitecto Antoni Gaudí. En su catequesis reiteró la necesidad de que Europa se abra a Dios, de armoniar la fe y la razón, y de defender la vida y la familia constituida sobre el matrimonio entre un hombre y una mujer.
En el Aula Pablo VI y ante miles de fieles presentes, el Papa dijo que "fui allí para confirmar en la fe a mis hermanos y lo hice como testigo de Cristo resucitado, como sembrador de la esperanza que no defrauda y no engaña".
Desde la ceremonia de bienvenida en Santiago de Compostela el sábado 6 de noviembre, continuó el Santo Padre, tuvo "la oportunidad de experimentar el amor que las gentes de España nutren hacia el Sucesor de Pedro. En este Año Santo Compostelano, he querido hacerme peregrino junto con cuantos, muy numerosos, visitan ese célebre santuario".
En la catedral de Compostela, "dando con emoción el abrazo tradicional al Santo, pensé en cómo este gesto de acogida y amistad es un signo fuerte de la voluntad de cumplir el mensaje apostólico, que, por una parte, nos compromete a ser custodios fieles de la Buena Nueva que los apóstoles nos han transmitido, sin caer en la tentación de alterarla, disminuirla o doblegarla a otros intereses, y, por otra, nos transforma en incansables mensajeros de la fe en Cristo, a través de la palabra y el testimonio de la vida en todos los ámbitos de la sociedad".
El Santo Padre se refirió a las razones que llevan a las personas a hacer el Camino de Santiago: "en tiempos de desamparo, de búsqueda, de dificultades, al igual que cuando se aspira a fortalecer la fe y a vivir con más coherencia, los peregrinos a Compostela emprenden un profundo itinerario de conversión a Cristo, que asumió sobre sí la debilidad, el pecado de la humanidad, las miserias del mundo, llevándolas allí donde el mal ya no tiene poder y la luz del bien ilumina todo. Es un pueblo de caminantes silenciosos procedentes de todo el mundo que redescubren la antigua tradición medieval y cristiana de la peregrinación, atravesando pueblos y ciudades impregnados de catolicismo".
"La fe en Cristo da sentido a Compostela, un lugar espiritualmente extraordinario, que sigue siendo un punto de referencia para la Europa de hoy. Preservar y fortalecer la apertura a lo trascendente, así como un diálogo fecundo entre fe y razón, entre política y religión, entre economía y ética, permitirá construir una Europa que, fiel a sus imprescindibles raíces cristianas, responda plenamente a su vocación. Por eso, convencido de las inmensas posibilidades del continente europeo y confiado en su futuro de esperanza invité a Europa a abrirse cada vez más a Dios, favoreciendo así las perspectivas de un encuentro real, respetuoso y solidario con los pueblos y las civilizaciones de otros continentes".
Al hablar luego de su paso por Barcelona, el Santo Padre recordó que la Basílica Menor de la Sagrada Familia, obra de Antoni Gaudí, "que invita a levantar la mirada y el ánimo al cielo, a Dios, recordaba las grandes construcciones religiosas, como las catedrales de la Edad Media, que han marcado profundamente la historia y fisonomía de las principales ciudades europeas".
"Esa obra espléndida –rica en simbología religiosa, casi una inmensa escultura en piedra–, nos remite al verdadero santuario, al lugar de culto real, el Cielo, donde Cristo entró para comparecer ante Dios en favor nuestro. El genial arquitecto, en este templo magnífico, ha representado admirablemente el misterio de la Iglesia, a la que los fieles se incorporan por el bautismo como piedras vivas para la construcción de un edificio espiritual".
La Iglesia de la Sagrada Familia fue concebida por Gaudí "como una gran catequesis sobre Jesucristo, como un canto de alabanza al Creador. En efecto, la extraordinaria capacidad expresiva y simbólica de las formas y de los motivos artísticos, así como las innovadoras técnicas arquitectónicas y escultóricas, evocan la Fuente suprema de toda belleza", observó el Papa, refiriéndose a continuación a cómo la vida de Gaudí, "desde el momento en que aceptó el trabajo de la construcción de esa iglesia, estuvo marcada por un cambio profundo" y "sintió la necesidad de prepararse espiritualmente para poder expresar en la realidad material el misterio insondable de Dios".
"En Barcelona visité la Obra 'Nen Déu', donde son tratados con profesionalidad y amor, niños y jóvenes con discapacidades. Sus vidas son preciosas a los ojos de Dios y nos invitan constantemente a salir de nuestro egoísmo".
Benedicto XVI rezó "intensamente por las familias, células vitales y esperanza de la sociedad y la Iglesia", y recordó "a los que sufren, especialmente en estos tiempos de dificultades económicas graves".
También tuvo presentes a los jóvenes "para que descubran la belleza, el valor y el compromiso del matrimonio, en el que un hombre y una mujer forman una familia, que con generosidad acoge la vida y la acompaña desde su concepción hasta su fin natural. Todo lo que se hace para apoyar el matrimonio y la familia, para ayudar a quienes más lo necesitan, todo lo que acrecienta la grandeza del ser humano y su dignidad inviolable, contribuye al perfeccionamiento de la sociedad. Ningún esfuerzo es inútil en este sentido".
Hablando en español, el Papa animó a dar gracias a Dios "por el Viaje Apostólico a Santiago de Compostela y Barcelona. Conservo un inolvidable recuerdo de la amabilidad con la que me acogieron en Compostela Sus Altezas Reales los Príncipes de Asturias y con la que Sus Majestades los Reyes de España me despidieron en Barcelona".
Tras agradecer a las autoridades por su apoyo en su visita a España, así como a los Arzobispos de Santiago de Compostela y Barcelona, el Papa pidió "al Señor que bendiga copiosamente a los Pastores y fieles de esas nobles tierras, para que aviven su fe y la transmitan con valentía, siendo cristianos como ciudadanos y ciudadanos como cristianos. Volveré a España para la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud. De nuevo, muchas gracias a todos los españoles".
Antes de la audiencia general el Papa saludó a algunos peregrinos italianos en la Basílica de San Pedro, así como a algunos de República Checa que viajaron a Roma para devolver la visita que hizo el Santo Padre a este país en septiembre de 2009. "Ruego al Señor que haga fructificar las gracias de aquel viaje, y espero que el pueblo cristiano de la República Checa siga dando –con renovado entusiasmo– un testimonio valiente del Evangelio por todas partes", expresó.
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