miércoles, 24 de febrero de 2010

Henri Boulad, el reformador - Luis Fernando Pérez Bustamante

Henri Boulad, el reformador
Luis Fernando Pérez Bustamante


Reproducimos la respuesta de Luis Fernando Pérez Bustamante a una carta abierta del jesuita Henri Boulard titulada “La Iglesia en el abismo” o también “SOS al Papa” y que está dirigida a Benedicto XVI.


Jesuita, 78 años, actualmente rector del colegio de los jesuitas en El Cairo, anteriormente superior de los jesuitas en Alejandría, superior regional de los jesuitas de Egipto, profesor de teología en El Cairo, director de Caritas-Egipto y vicepresidente de Caritas Internationalis para Oriente Medio y África del Norte. Es obvio que el padre Henri Boulad, sj, no es un cualquiera. Pero parece que la fama internacional le llega ahora tras haber escrito una carta al Papa Benedicto XVI en la que hace un análisis de la situación de la Iglesia, propone una triple reforma y la celebración de una “asamblea general” -no le gusta la palabra concilio- para abordar la situación.

No he podido evitar la tentación de comentar su análisis. Dice el jesuita egipciolibanés:


          1. La práctica religiosa está en constante declive. Un número cada vez más reducido de personas de la tercera edad, que desaparecerán enseguida, son las que frecuentan las iglesias de Europa y de Canadá. No quedará más remedio que cerrar dichas iglesias o transformarlas en museos, en mezquitas, en clubs o en bibliotecas municipales, como ya se hace. Lo que me sorprende es que muchas de ellas están siendo completamente renovadas y modernizadas mediante grandes gastos con idea de atraer a los fieles. Pero no es esto lo que frenará el éxodo.

No le falta razón, aunque dudo que la renovación de los templos católicos busque atraer a los fieles. No conozco a nadie que vaya a la parroquia porque hayan repintado las paredes.


          2. Seminarios y noviciados se vacían al mismo ritmo, y las vocaciones caen en picado. El futuro es más bien sombrío y uno se pregunta quién tomará el relevo. Cada vez más parroquias europeas están a cargo de sacerdotes de Asia o de África.

Hombre, en Europa las cosas no andan bien. Pero la Iglesia Católica es mucho más que la Iglesia en Europa. Por ejemplo, en Colombia hay seminarios que están deseosos de “exportar” seminaristas, porque casi no les caben. Si en siglos pasados Europa envió curas y misioneros a otras partes del mundo, no tiene nada de particular que ahora ocurra lo contrario, aunque estamos todos de acuerdo en que lo ideal sería que las vocaciones crecieran de nuevo entre los europeos “nativos".


          3. Muchos sacerdotes abandonan el sacerdocio y los pocos que lo ejercen aún -cuya edad media sobrepasa a menudo la de la jubilación- tienen que encargarse de muchas parroquias, de modo expeditivo y administrativo. Muchos de ellos, tanto en Europa como en el Tercer Mundo, viven en concubinato a la vista de sus fieles, que normalmente los aceptan, y de su obispo, que no puede aceptarlo, pero teniendo en cuenta la escasez de sacerdotes.

Creo que son muchos más los que no lo abandonan y además guardan el celibato. Y en mi opinión, lo que los obispos deberían hacer con los curas que viven en concubinato a la vista de sus fieles es, si no aceptan arrepentirse, retirarles inmediatamente del sacerdocio y confiar en que Dios sabrá proveer su sustitución por medio de sacerdotes santos de sus diócesis o de otras diócesis. Soy de la opinión de que es preferible no tener cura a tener un cura que vive abiertamente en pecado.


          4. El lenguaje de la Iglesia es obsoleto, anacrónico, aburrido, repetitivo, moralizante, totalmente inadaptado a nuestra época. No se trata en absoluto de acomodarse ni de hacer demagogia, pues el mensaje del Evangelio debe presentarse en toda su crudeza y exigencia. Se necesitaría más bien proceder a esa “nueva evangelización” a la que nos invitaba Juan Pablo II. Pero ésta, a diferencia de lo que muchos piensan, no consiste en absoluto en repetir la antigua, que ya no dice nada, sino en innovar, inventar un nuevo lenguaje que exprese la fe de modo apropiado y que tenga significado para el hombre de hoy.

Aquí ya vamos entrando en materia, ¿verdad, padre Boulad?. A ver, usted pretende que la Iglesia predique un evangelio crudo y exigente inventándose un nuevo lenguaje. Y yo le pregunto: ¿qué palabra nos inventamos en vez de pecado?, ¿cuál en vez de conversión?, ¿cuál en vez de condenación?, ¿cuál en vez de salvación?, ¿cuál en vez de gracia?, ¿cómo pretende decirle al `hombre de hoy´: “Convertíos y que cada uno de vosotros se haga bautizar en el nombre de Jesucristo, para remisión de vuestros pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo, pues la Promesa es para vosotros y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos, para cuantos llame el Señor Dios nuestro” (Hch 2, 38-39)?. ¿Cómo le decimos a nuestros conciudadanos: “salvaos de esta generación perversa” (Hech 2, 40)?, ¿habla usted de novedades y de innovaciones, padre?. Mire de lo que nos advirtió uno de los apóstoles: “Proclama la Palabra, insiste a tiempo y a destiempo, reprende, amenaza, exhorta con toda paciencia y doctrina. Porque vendrá un tiempo en que los hombres no soportarán la doctrina sana, sino que, arrastrados por su propias pasiones, se harán con un montón de maestros por el prurito de oír novedades; apartarán sus oídos de la verdad y se volverán a las fábulas" (2 Ti 4, 2-4).


          5. Esto no podrá hacerse más que mediante una renovación en profundidad de la teología y de la catequética, que deberían repensarse y reformularse totalmente. Un sacerdote y religioso alemán que encontré recientemente me decía que la palabra “mística” no estaba mencionada ni una sola vez en “El nuevo Catecismo". No lo podía creer. Hemos de constatar que nuestra fe es muy cerebral, abstracta, dogmática y se dirige muy poco al corazón y al cuerpo.

¿Por qué esa dicotomía entre la fe dogmática y la fe vivida con pasión y entrega al Señor?. ¿Acaso ignora usted que el Doctor Angélico fue también místico?, ¿cómo van los fieles a alcanzar cierto grado de misticismo si no empiezan por saber de verdad que Cristo es verdadero Dios, verdadero hombre, Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero?, ¿qué tipo de fe es aquella que no está anclada en el dogma que la protege contra “todo viento de doctrina"?. La fe, como bien se ha encargado de decir el Papa en repetidas ocasiones, no es mera doctrina, pero no hay fe católica si no está arraigada en la sana doctrina. De hecho, existen movimientos eclesiales que van por el buen camino. Saben combinar perfectamente la sana doctrina y la vida espiritual de conversión y comunión con el Señor.


          6. En consecuencia, un gran número de cristianos se vuelven hacia las religiones de Asia, las sectas, la new-age, las iglesias evangélicas, el ocultismo, etcétera. No es de extrañar. Van a buscar en otra parte el alimento que no encuentran en casa, tienen la impresión de que les damos piedras como si fuera pan. La fe cristiana que en otro tiempo otorgaba sentido a la vida de la gente, resulta para ellos hoy un enigma, restos de un pasado acabado.

Sí, le reconozco que el mal es tentador. Que atrae más el que te digan que eres Dios (new-age) a que te pidan que te conviertas a Dios. Que a muchos les resulta la mar de atractivo eso de buscar el contacto con los espíritus de los muertos. Y no le cuento nada si a un pobretón desesperado le presentan la teología de la prosperidad y le montan shows taumatúrgicos. De todas formas, le noto un pelín anti-ecuménico. No está bien meter a los evangélicos en el mismo saco de la new-age y el ocultismo. Por cierto, aquellos tienden a predicar una fe en la que la sana doctrina -la suya, claro-, tiene un papel destacado. Pero le vuelvo a pedir que se lea lo que dijo san Pablo. Puede que estemos en ese tiempo en que multitud de bautizados no admiten la verdad y se van a buscar otras cosas. Pero no pretenderá que la Iglesia monte una sección de gurús, brujos, echadores de cartas y telepredicadores modelo Benny Hinn para atraerles, ¿verdad?.


          7. En el plano moral y ético, los dictámenes del Magisterio, repetidos a la saciedad, sobre el matrimonio, la contracepción, el aborto, la eutanasia, la homosexualidad, el matrimonio de los sacerdotes, los divorciados vueltos a casar, etcétera, no afectan ya a nadie y sólo producen dejadez e indiferencia. Todos estos problemas morales y pastorales merecen algo más que declaraciones categóricas. Necesitan un tratamiento pastoral, sociológico, psicológico, humano… en una línea más evangélica.

Ajá. O sea, como el mundo no acepta la verdad, adaptémonos al mundo para que nos haga caso. Si Cristo dice que quien se divorcia y se vuelva a casar es un adúltero, da lo mismo. No digamos que el aborto es un crimen, que a muchos eso les molesta. Si la Revelación dice que la práctica de la homosexualidad es incompatible con la salvación, cambiemos la Revelación para que diga otra cosa y los gays y lesbianas vivan con la conciencia tranquila.


          8. La Iglesia católica, que ha sido la gran educadora de Europa durante siglos, parece olvidar que esta Europa ha llegado a la madurez. Nuestra Europa adulta no quiere ser tratada como menor de edad. El estilo paternalista de una Iglesia “Mater et Magistra” está definitivamente desfasado y ya no sirve hoy. Los cristianos han aprendido a pensar por sí mismos y no están dispuestos a tragarse cualquier cosa.

so, diga usted que sí. La Europa que se está entregando al ateísmo, al agnosticismo, al indiferentismo religioso, a la cultura de la muerte es una Europa adulta. La Iglesia, calladita, que eso de ser madre y maestra es cosa del pasado. Los cristianos ahora piensan por sí mismos. Antes no. Ahora sí.


          9. Las naciones más católicas de antes -Francia, “primogénita de la Iglesia” o el Canadá francés ultracatólico- han dado un giro de 180º y han caído en el ateísmo, el anticlericalismo, el agnosticismo, la indiferencia. En el caso de otras naciones europeas, el proceso está en marcha. Se puede constatar que cuanto más dominado y protegido por la Iglesia ha estado un pueblo en el pasado, más fuerte es la reacción contra ella.

Claro, al fin y al cabo esa Europa, como bien dice usted, “ha madurado". Ya no se deja “atrapar” por el yugo de la Iglesia, por el yugo de Cristo. Ahora se entrega a otros yugos. El siglo pasado se entregó al yugo del nazismo y del comunismo. Hoy al yugo de la idea de que se vive mejor sin Dios, sin ley moral de origen divino, etc. El “Imagine” de Lennon es una realidad. ¿De qué se extraña?.


          10. El diálogo con las demás iglesias y religiones está en preocupante retroceso hoy. Los grandes progresos realizados desde hace medio siglo están en entredicho en este momento.

Si lo que dice es que es poco probable que se repita lo de Asís, pues sí, tiene razón. Lo cual a mí no me causa ninguna pena.


          Frente a esta constatación casi demoledora, la reacción de la iglesia es doble:
          - Tiende a minimizar la gravedad de la situación y a consolarse constatando cierto repunte en su facción más tradicional y en los países del tercer mundo.
          - Apela a la confianza en el Señor, que la ha sostenido durante veinte siglos y será muy capaz de ayudarla a superar esta nueva crisis, como lo ha hecho con las precedentes. ¿Acaso no tiene promesas de vida eterna?

Le doy la razón en que desde la Iglesia se tiende a minimizar la gravedad de la situación. Se pretende seguir llamando católicos a países que no lo son. Lo del consuelo ante el repunte de su facción más tradicional y en los países del tercer mundo, pues es lógico. Y lo de confiar en el Señor, me parece que es una de las señas del cristiano. Si quiere nos ponemos a llorar ante los “brotes verdes” que apuntan a una posible primavera.


          A esto respondo:
          - No es apoyándose en el pasado ni recogiendo sus migajas como se resolverán los problemas de hoy y de mañana.

A eso le respondo yo con la Escritura:
«Así dice Yahvé: Haced alto en los caminos y ved, preguntad por las sendas antiguas: ¿Es ésta la senda buena?. Pues seguidla y hallaréis reposo para vuestras almas. Pero dijeron: “No la seguiremos”» (Jeremías 6,16).

¿Qué?, ¿cómo se le queda el cuerpo?. Dios pide a su pueblo, que se ha revelado contra Él, que mire atrás, al pasado, que vuelva a las sendas antiguas, a cuando era un pueblo fiel. Y ¿qué respondió el pueblo?. Lo mismito que usted: “No la seguiremos". Usted es el falso profeta que pretende llevar a la Iglesia de Cristo por el camino opuesto al marcado por Dios. Usted es la respuesta errónea a la pregunta adecuada.


          - La aparente vitalidad de las Iglesias del tercer mundo es equívoca. Según parece, estas nuevas Iglesias atravesarán pronto o tarde por las mismas crisis que ha conocido la vieja cristiandad europea.

Dependerá en gran medida de lo que hagan los cristianos de esas iglesias. Si siguen el ejemplo de sus “hermanos” europeos, que se han entregado mayoritariamente en manos de los falsos profetas como usted, es posible que sufran crisis parecidas. De hecho, lo que la Santa Sede debería de abordar con urgencia es la tarea de librar a las Iglesias del tercer mundo de la nefasta influencia de aquellas órdenes religiosas que, como la suya, han contribuido a la secularización interna del catolicismo europeo. Que no dejen a los hermanos más pequeños en manos de los que nos han secuestrado la fe en Europa. Ese es el clamor que un verdadero católico debe alzar ante el Papa. La Iglesia debe de entregar a las iglesias locales del tercer mundo en manos de aquellos movimientos que sí son fieles a la fe católica.


          - La Modernidad es irreversible y por haberlo olvidado es por lo que la Iglesia se encuentra hoy en semejante crisis. El Vaticano II intentó recuperar cuatro siglos de retraso, pero se tiene la impresión que la Iglesia está cerrando lentamente las puertas que se abrieron entonces, y tentada de volverse hacia Trento y Vaticano I, más que hacia Vaticano III. Recordemos la declaración de Juan Pablo II tantas veces repetida: “No hay alternativa al Vaticano II".

La Modernidad es irreversible. Esa sentencia le describe perfectamente. Usted cree que esto no tiene vuelta atrás. Pero mire, torres más altas han caído. Hace 35 años nadie pensaba que el Muro de Berlín sería historia. Y cayó. El Imperio romano parecía invencible y eterno. Y cayó. Por caer, cayo hasta la Cristiandad, así que ya me dirá usted. Nada es irreversible. Todo es mudable si el hombre está por medio. Lo que no cambia es Dios, su Revelación y la necesidad de que su Iglesia sea fiel y testigo de la misma. Trento, concilio que usted desprecia, sigue siendo una obra maestra de la doctrina católica. El Vaticano II ha de interpretarse en el seno de una tradición que usted detesta, pero que forma parte de la esencia misma del catolicismo. Usted lo que quiere es una Iglesia arrodillada ante el Baal de la Modernidad, que renuncie a su pasado y se convierta en un decorado más de un Occidente apóstata. Pues mire, va a ser que no.


          - ¿Hasta cuándo seguiremos jugando a la política del avestruz y a esconder la cabeza en la arena? ¿Hasta cuándo evitaremos mirar las cosas de frente? ¿Hasta cuándo seguiremos dando la espalda, crispándonos contra toda crítica, en lugar de ver ahí una oportunidad de renovación? ¿Hasta cuándo continuaremos posponiendo ad calendas graecas una reforma que se impone y que se ha abandonado demasiado tiempo?

Eso, ¿hasta cuándo no reconoceremos que hay un cisma espantoso en la Iglesia, del cual usted es uno de sus exponentes más claros?, ¿hasta cuándo no haremos caso a Dios y volveremos a las sendas antiguas?, ¿hasta cuándo pospondremos una verdadera reforma que ponga fin al error, a la secularización interna, a la rebeldía contra el magisterio de la Iglesia?, ¿hasta cuándo seguiremos sin hacer caso a los apóstoles, que ordenaron de forma clara y rotunda que la Iglesia se deshiciera de los falsos maestros, de sus falsos profetas?, ¿hasta cuándo tendremos que soportar que en la iglesia haya sacerdotes y jesuitas como usted?, ¿hasta cuándo?.


          - Sólo mirando decididamente hacia delante y no hacia atrás la Iglesia cumplirá su misión de ser “luz del mundo, sal de la tierra, levadura en la pasta". Sin embargo, lo que constatamos desgraciadamente hoy es que la Iglesia está en la cola de nuestra época, después de haber sido la locomotora durante siglos.

Usted se contradice. Reconoce que la Iglesia ha sido la locomotora durante siglos. Pero pretende que cambie su forma de ser. ¿Pretende acaso que la locomotora se salga de sus raíles porque a muchos vagones les ha dado la locura de ir por la vía muerta que lleva al abismo?. El pastor sale en busca de la oveja perdida para devolverla al rebaño, ¿acaso usted pretende que una vez que la encuentre se quede con ella y deje atrás a las fieles?. El buen padre se alegró del regreso del hijo pródigo, ¿acaso usted pide que se vaya con el hijo de farra y de juerga por los caminos de perdición?.


          - Repito lo que decía al principio de esta carta: “¡SON MENOS CINCO!” -¡fünf vor zwölf!- La Historia no espera, sobre todo en nuestra época, en que el ritmo se embala y se acelera?

Cierto. Es hora de actuar. El mal se ha propagado con rapidez. Propaguemos el bien. Internet es una buena herramienta para ello. No tiene sentido que la burocracia eclesial vaya a ritmo del siglo XX cuando estamos en el siglo XXI. Por tanto, acelérense las reformas encaminadas a poner fin a las raíces de amargura y de secularización interna, que son las fuentes de la crisis que hoy sufrimos.


          - Toda operación comercial que constata un déficit o disfunción se reconsidera inmediatamente, se reúne a expertos, intenta recuperarse, se movilizan todas sus energías para superar la crisis.
          - ¿Por qué la Iglesia no hace otro tanto? ¿Por qué no moviliza a todas sus fuerzas vivas para un aggiornamento radical? ¿Por qué?

Eso, ¿a qué esperamos?. Necesitamos visitas apostólicas por doquier. Necesitamos limpieza de cátedras y seminarios infectados del liberalismo teológico. Urge dedicar el tiempo que sea menester a despejar el aire de la Iglesia, contaminado por el humo de Satanás que representan sacerdotes como el padre Boulad. Una Iglesia enferma no puede ser luz del mundo. Una Iglesia donde la herejía y los abusos litúrgicos permanecen, está atada de pies y manos para ser mártir (testigo) de la verdad. Es necesario movilizar a pastores y fieles para acabar con el cáncer que nos ha postrado en un catre de muerte.


          - ¿Por pereza, dejadez, orgullo, falta de imaginación, de creatividad, quietismo culpable, en la esperanza de que el Señor se las arreglará y que la Iglesia ha conocido otras crisis en el pasado?
          - Cristo, en el Evangelio, nos pone en guardia: “Los hijos de las tinieblas gestionan mucho mejor sus asuntos que los hijos de la luz…”

Habla Balaam. Desde la infidelidad, señala la verdad. Ha habido, y hay, pereza, dejadez, quietismo culpable, cobardía a la hora de enfrentarse a la crisis. Los hijos de la mentira, de la falsa doctrina, se organizan mejor que los hijos de la luz. Debemos revertir esa situación.


          ENTONCES, QUÉ HACER?… La Iglesia tiene hoy una necesidad imperiosa y urgente de una TRIPLE REFORMA:
          1. Una reforma teológica y catequética para repensar la fe y reformularla de modo coherente para nuestros contemporáneos.

Volvamos a los padres de la Iglesia. Volvamos a los doctores de la Iglesia. Volvamos a los grandes concilios. Volvamos al camino de los santos. Volvamos a la santidad preconizada por los verdaderos reformadores de la Iglesia. Volvamos, insisto, a las sendas antiguas, para sacar de ellas vida y dirección para andar por la nueva senda que el Señor nos ofrece. Volvamos a cruzar la puerta estrecha. Abandonemos la tentación de la puerta ancha. Volvamos a ser católicos con todas sus consecuencias. No diluyamos nuestra identidad en la del mundo. No dejemos que el mundo sea nuestra sal y nuestra luz. Eduquemos a los fieles en los fundamentos de la fe. Hagamos catequesis de verdad y no ejercicios de buenismo pelagiano.


          Una fe que ya no significa nada, que no da sentido a la existencia, no es más que un adorno, una superestructura inútil que cae de sí misma. Es el caso actual.

Usted no tiene fe católica. La fe de nuestros padres le parece un adorno. La Iglesia le parece un gran mamotreto inútil y sin sentido. Déjenos en paz los que creemos que la fe católica es el sentido de nuestras vidas, los que profesamos la doctrina sobre la Iglesia que tan brillantemente fue expuesta por el Concilio Vaticano II en la Lumen Gentium.


          2. Una reforma pastoral para repensar de cabo a rabo las estructuras heredadas del pasado.
         3. Una reforma espiritual para revitalizar la mística y repensar los sacramentos con vistas a darles una dimensión existencial, a articularlos con la vida.

Sí, hay que repensar de cabo a rabo algunas estructuras del pasado. Por ejemplo, no creo que tenga mucho sentido que se mantenga el nivel actual de independencia de las órdenes religiosas respecto de la autoridad episcopal ordinaria, salvedad hecha de la de Roma. Quizás en el futuro, cuando dichas órdenes vuelvan a ser fieles al carisma de sus fundadores, se pueda recuperar lo que hoy creo urgente eliminar.

Respecto a los sacramentos, celebrémolos con dignidad. Ayudemos al pueblo a alimentarse de la gracia que emana de ellos, no convirtiéndolos en meros símbolos.


          Tendría mucho que decir sobre esto. La Iglesia de hoy es demasiado formal, demasiado formalista. Se tiene la impresión de que la institución asfixia el carisma y que lo que finalmente cuenta es una estabilidad puramente exterior, una honestidad superficial, cierta fachada. ¿No corremos el riesgo de que un día Jesús nos trate de “sepulcros blanqueados"?

No, hoy corremos el riesgo de que Cristo nos diga:
“Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que tienes ahí a los que retienen la doctrina de Balaam, que enseñaba a Balac a poner tropiezo ante los hijos de Israel, a comer de cosas sacrificadas a los ídolos, y a cometer fornicación. Y también tienes a los que retienen la doctrina de los nicolaítas, la que yo aborrezco. Por tanto, arrepiéntete; pues si no, vendré a ti pronto, y pelearé contra ellos con la espada de mi boca” (Ap 2, 14-16).

Y que también nos diga:
“Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos. Y le he dado tiempo para que se arrepienta, pero no quiere arrepentirse de su fornicación. He aquí, yo la arrojo en cama, y en gran tribulación a los que con ella adulteran, si no se arrepienten de las obras de ella. Y a sus hijos heriré de muerte, y todas las iglesias sabrán que yo soy el que escudriña la mente y el corazón; y os daré a cada uno según vuestras obras” (Ap 2, 20-23).

¿Te tengo que decir, cura rebelde, quién sostiene hoy la doctrina de Balaam, la de los nicolaítas?, ¿no ves que Occidente se ha convertido hoy en la Jezabel que no quiere arrepentirse de su fornicación con la cultura de la muerte?.


          Para terminar, sugiero la convocatoria de un sínodo general a nivel de la iglesia universal, en el que participaran todos los cristianos -católicos y otros- para examinar con toda franqueza y claridad los puntos señalados más arriba y los que se propusieran. Tal sínodo, que duraría tres años, se terminaría con una asamblea general -evitemos el término “concilio"- que sintetizara los resultados de esta investigación y sacara de ahí las conclusiones.
          Termino, Santo Padre, pidiéndole perdón por mi franqueza y audacia y solicito vuestra paternal bendición. Permítame también decirle que vivo estos días en su compañía, gracias a su extraordinario libro “Jesús de Nazareth", que es objeto de mi lectura espiritual y de meditación cotidiana.

Yerra usted, reformador de la muerte, al proponer un sínodo que sirva para encarnar eclesialmente tu error y tu falsedad. Si hoy hiciera falta un concilio, sería para plantar cara de nuevo a los que han partido la Iglesia en pedazos, llevando a muchos fieles por el camino del error. No pida perdón por ser franco. Pida perdón por apartarse de la verdad y pretender llevar a otros por el camino de la mentira. Sólo si se arrepiente recibirá la bendición, no ya del Papa, sino de Dios Todopoderoso. Mientras tanto, digo con San Pablo: “Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema” (Gal 1, 9).



Luis Fernando Pérez *,
Seglar católico
* Luis Fernando es laico, casado y padre de tres hijos, pionero en la apologética hispana en internet, destacado blogger, ha participado en diversas iniciativas digitales. Fue el primer director de Religión en Libertad y en la actualidad es director de InfoCatólica. Si quieres contactarlo puedes escribirle a luisfernando.perez@infocatolica.com.


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Comentario: Esta carta del jesuita egipcio, que circula por ámbitos eclesiales, además tiene muchos otros defectos. Al menos señalaré tres:

1) Miente Boulard cuando dice que «Un sacerdote y religioso alemán que encontré recientemente me decía que la palabra "mística" no estaba mencionada ni una sola vez en "El nuevo Catecismo". No lo podía creer. Hemos de constatar que nuestra fe es muy cerebral, abstracta, dogmática y se dirige muy poco al corazón y al cuerpo».

Antes de escribir semejante cosa, como sacerdote "católico" que se manifiesta "preocupado" por la Iglesia -tan preocupado que le manda una carta abierta al Papa-, al menos debería leer el Catecismo, que dedica un número entero a explicar el tema de la mística. En el número 2014 dice: «El progreso espiritual tiende a la unión cada vez más íntima con Cristo. Esta unión se llama "mística", porque participa en el misterio de Cristo mediante los sacramentos -"los santos misterios"- y, en él, en el misterio de la Santa Trinidad. Dios nos llama a todos a esta unión íntima con él, aunque gracias especiales o signos extraordinarios de esta vida mística sean concedidos solamente a algunos para así manifestar el don gratuito hecho a todos». 

En el original en Alemán del Catecismo, el que leyó su amigo, también sale la palabra mística: «Der geistliche Fortschritt strebt nach immer innigerer Vereinigung mit Christus. Diese Vereinigung wird "mystisch" genannt, weil sie durch die Sakramente - "die heiligen Mysterien" - am Mysterium Christi teilhat und in Christus am Mysterium der heiligsten Dreifaltigkeit. Gott beruft uns alle zu dieser innigen Vereinigung mit ihm. Besondere Gnaden oder außerordentliche Zeichen dieses mystischen Lebens werden nur Einzelnen gewährt, um die uns allen geschenkte Gnade sichtbar zu machen».

Tal vez ahora Boulard lo esté leyendo y es por eso que no ha escrito más.

2)  Ya vemos adonde vamos con los consejos del P. Boulard: cambios, reformas, propuestas... que si hay que hacer esto o aquello... reformar, para luego reformar... para volver a reformar. Sin embargo, más que nosotros reformar la Iglesia, deberíamos dejarnos reformar por ella.

Miremos hacia los países que entraron por esta variante del "boulardianismo"... o digamos más claramente, "progresismo" o también "modernismo", por ejemplo, Holanda. Un país católico, lleno de vida, que enviaba misioneros a todo el mundo (aún quedan en Argentina los de esa generación)... Hoy la fe católica allí ha quedado reducida a un puñado de fieles, casi sin vida y con sus templos hechos museos. ¿Es esto lo que queremos para nuestra Iglesia Católica, la única Iglesia que fundó Jesús, la Iglesia verdadera?.

Pero claro, nuestro "Reformador" dice: «No es apoyándose en el pasado ni recogiendo sus migajas como se resolverán los problemas de hoy y de mañana». ¿Y qué es eso de "migajas del pasado"?. La Tradición no son migajas. En el pasado está Jesucristo y los Apóstoles, que deben custodiar el depósito de la fe hasta que Él regrese.

3) Cada tanto algunos, como ya no saben que decir, reflotan el pasquín y le actualizan la fecha. Tiran del archivo para sorprender... y que muchos digan: ¡ooooohhhhh!.

La última "edición" que hemos visto dando vueltas por correo electrónico es del 2009. Y también hay de otros años. Pero el original, que es del año 2007, lo pueden ver en el siguiente enlace: http://www.culture-et-foi.com/critique/henri_boulad.htm

Sin embargo, nada nuevo hay bajo el sol. Las herejías siempre se repiten. Por eso debemos evitar caer en subjetivismos que solamente nos conducen por la senda del relativismo y de las conveniencias personales. A la vista está que para los progresistas el Papa no es más que un "representante" del pueblo católico que debe seguir los "dictámenes democráticos", antes que las inspiraciones del Espíritu Santo. Por favor: liberémonos de una vez por todas de estas interpretaciones "bienintencionadas".

Es necesaria una urgente depuración de herejias modernistas y neoprotestantes, que lamentablemente se divulgan como reguero de pólvora. Mucha gente es engañada así en su buena fe. Lo que demuestra que en la Iglesia "sobran las propuestas" y hace falta seguir fieles a la Tradición, Escritura y Magisterio infalible.



 

Juan Pablo II pidió le leyeran Evangelio de San Juan antes de morir

Juan Pablo II pidió le leyeran Evangelio de San Juan antes de morir


BOGOTÁ, 23 Feb. 10 (ACI).- El Arzobispo de Cracovia y que fuera durante 40 años secretario personal de Juan Pablo II, Cardenal Stanislaw Dziwisz, relató que antes de su muerte, el Papa peregrino pidió le leyeran todo el Evangelio de San Juan para poder prepararse para el tránsito a la Casa del Padre.

En entrevista concedida al diario El Tiempo, el Cardenal explicó que el Papa Wojtyla "murió como se mueren los hombres santos. Se despidió de sus colaboradores, del Cardenal Ratzinger (ahora Benedicto XVI); incluso de quienes hacían la limpieza. Pidió que le leyeran todos los capítulos del evangelio de San Juan y así se preparó para irse. Causó una paz impresionante".

En Colombia adonde llegó para participar de un congreso sobre el legado de Juan Pablo II, el Cardenal señaló que el proceso de beatificación del Papa peregrino "está prácticamente terminado. Para la beatificación es importante que la Iglesia reconozca un milagro en el que él haya intercedido. Hay un caso que se está investigando y es el de la sanación milagrosa de una monja francesa que padecía Párkinson".

Sobre la fecha de beatificación, el Purpurado dijo que "no se sabe, pero su tumba es visitada por miles que le agradecen favores y eso fortalece su santidad. No sólo los cristianos quieren verlo santo; también los judíos y musulmanes. Hay que unirnos a ese grito de Santo súbito".

Al hablar luego del cariño y el fervor de la gente para con Juan Pablo II, el Cardenal Dziwisz comentó que "él cambió el mundo desde el punto de vista político y religioso; enseñó que la solución a los problemas está en la solidaridad y en el amor. Él sobrepasó todos los umbrales. Sus enseñanzas deberían ser aplicadas para ayudar a este mundo en crisis".

Respondiendo a quienes critican el tiempo corto que lleva su causa, el Purpurado polaco dijo que sí podría decirse que ha sido rápido, "pero no se puede decir que se ha hecho mal. Ha sido un tiempo efectivo para profundizar en el legado que dejó. Los mismos que lo criticaron porque no les gustaba su actitud moral, son los que lo critican ahora".

Contestando la afirmación del libro "Por qué él es santo" sobre que Juan Pablo II se flagelaba y dormía en el piso, el Arzobispo de Cracovia dijo que "no puedo ni afirmarlo ni negarlo. Fue un hombre de una gran espiritualidad, su característica principal fue el espíritu de la oración y la contemplación. En muchos conventos todavía existe la penitencia a través de la flagelación, y eso lo hicieron otros grandes santos, como San Juan de la Cruz y Santa Teresa".

Finalmente el Purpurado dijo que Juan Pablo II "siempre dijo que Latinoamérica era el continente de la esperanza. Quería mucho a Colombia y tenía muchos amigos aquí, cardenales y sacerdotes, porque la presencia de Colombia en Roma siempre ha sido numerosa e importante".




martes, 23 de febrero de 2010

Educar es formar capacidad de juzgar y optar rectamente, afirma Obispo

Educar es formar capacidad de juzgar y optar rectamente, afirma Obispo


ROMA, 22 Feb. 10 (ACI).- El Secretario General de la Conferencia Episcopal Italiana, Mons. Mariano Crociata, explicó que "educar significa habilitar en la capacidad de juzgar y optar" en la homilía de la Misa que presidió en el marco del congreso "La pastoral de la escuela y la instancia educativa".

En la Eucaristía, el Prelado explicó que en esto se recuerda "una gran lección que con mucha frecuencia es olvidada, si no extirpada o dejada de lado, porque no raramente se considera que la persona se forma siguiendo un paradigma de autonomía e incontrolada espontaneidad privada de juicios y de puntos de referencia".

El también Obispo Emérito de Noto resaltó que "educar significa habilitar en la capacidad de juzgar y optar" y que "no hay crecimiento ni maduración humana, ni realización social o profesional, sin el precio de la fidelidad, de la fatiga y el trabajo asiduo y oneroso, sin la capacidad de sacrificarse o de renunciar a cualquier cosa de sí o, simplemente, a uno mismo".

Finalmente el Prelado dijo que los católicos "estamos llamados a reconocer y vivir enteramente nuestra esperanza cristiana, que sabe elegir entre el bien y el mal y no teme seguir a Cristo por la vía de la Cruz, como realización plena de nuestra humanidad, orgullosos de poderla indicar y mostrar como modelo de maduración humana a la que debe tener una auténtica obra educativa".



lunes, 15 de febrero de 2010

"Hermenéutica de la Continuidad" para leer correctamente el Vaticano II - Benedicto XVI

"Hermenéutica de la Continuidad"para leer correctamente el Vaticano II
Benedicto XVI


Presentamos el discurso de Benedicto XVI a la Curia romana con motivo de las felicitaciones navideñas (22 diciembre 2005) donde el Papa se pregunta: "¿Por qué la recepción del Concilio, en grandes zonas de la Iglesia, se ha realizado hasta ahora de un modo tan difícil?. Pues bien, todo depende de la correcta interpretación del Concilio o, como diríamos hoy, de su correcta hermenéutica, de la correcta clave de lectura y aplicación. Los problemas de la recepción han surgido del hecho de que se han confrontado dos hermenéuticas contrarias y se ha entablado una lucha entre ellas. Una ha causado confusión; la otra, de forma silenciosa pero cada vez más visible, ha dado y da frutos".


Discurso del Santo Padre Benedicto XVI a los Cardenales, Arzobispos, Obispos y Prelados Superiores de la Curia Romana
- Jueves 22 de diciembre de 2005 -


Señores cardenales;
venerados hermanos en el episcopado y en el presbiterado;
queridos hermanos y hermanas:

"Expergiscere, homo: quia pro te Deus factus est homo", "Despierta, hombre, pues por ti Dios se hizo hombre" (san Agustín, Discurso 185). Con esta invitación de san Agustín a captar el sentido auténtico de la Navidad de Cristo, comienzo mi encuentro con vosotros, queridos colaboradores de la Curia romana, en la cercanía de las fiestas navideñas. A cada uno dirijo mi saludo más cordial, agradeciéndoos los sentimientos de devoción y afecto de los que se ha hecho intérprete eficaz el cardenal decano, al cual expreso mi gratitud.

Dios se hizo hombre por nosotros: este es el mensaje que cada año se difunde desde el silencioso portal de Belén hasta los rincones más lejanos de la tierra. La Navidad es fiesta de luz y de paz, es día de asombro y alegría interior que se expande al universo, porque "Dios se ha hecho hombre". Desde el humilde portal de Belén, el Hijo eterno de Dios, que se ha hecho un Niño pequeño, se dirige a cada uno de nosotros: nos interpela, nos invita a renacer en él para que, juntamente con él, podamos vivir eternamente en la comunión de la santísima Trinidad.

Con el corazón lleno de la alegría que deriva de esta conciencia, repasamos con el pensamiento las vicisitudes del año que está llegando a su ocaso. Han quedado atrás grandes acontecimientos, que han marcado profundamente la vida de la Iglesia. Pienso, ante todo, en el fallecimiento de nuestro amado Santo Padre Juan Pablo II, precedido por un largo camino de sufrimiento y de pérdida gradual de la palabra. Ningún Papa nos ha dejado tantos textos como los que nos ha legado él; ningún Papa anteriormente ha podido visitar, como él, todo el mundo y hablar directamente a los hombres de todos los continentes. Pero, al final, le tocó un camino de sufrimiento y de silencio.

viernes, 12 de febrero de 2010

Invitan a adherir al manifiesto ciudadano contra el aborto en Argentina

Invitan a adherir al manifiesto ciudadano contra el aborto en Argentina



BUENOS AIRES, 10 Feb. 10 (ACI).- El nuevo sitio web provida argentino http://www.contraelaborto.com.ar/ invita a los visitantes a adherir a un Manifiesto Ciudadano contra el Aborto.

El manifiesto consta de 12 puntos y convoca a mujeres y hombres del mundo a "levantar la voz en nombre propio como ciudadanos responsables, y en el nombre de millones de mujeres silenciadas por la presión de haber sido engañadas a realizar un aborto sin prevenirlas sobre las consecuencias físicas y psicológicas del aborto, amén de la muerte de su hijo, y en nombre de los millones de seres humanos muertos en el mayor genocidio de la historia de la humanidad".

El sitio ofrece además una sección donde invita a los creyentes a formar parte de una red mundial de oración por "los niñitos no nacidos, el fin del aborto y la conversión de quienes propician este atroz genocidio".


* * *


No deje de ver el video: El Holocausto del Aborto.
Haga clic en el siguiente enlace:




martes, 9 de febrero de 2010

Iglesia Católica en España inicia campaña de defensa de la Cruz

Iglesia Católica en España inicia campaña de defensa de la Cruz


MADRID, 08 Feb. 10 (ACI).- El Arcipreste de Guadalajara (España) ha recibido la entusiasta respuesta de numerosas organizaciones católicas del sur del país para lanzar una campaña de defensa de la presencia de los crucifijos y otros símbolos religiosos en los espacios públicos.

El movimiento, según señalan los organizadores, surge como respuesta a la previsible Ley del Gobierno socialista que "regulará" la presencia de los símbolos religiosos fuera del ámbito privado, y que se teme que acabe por prohibirlos; y también a la luz de la controvertida sentencia del Tribunal de la Unión Europea que declaraba ilegal la presencia de la Cruz en las aulas de las escuelas.

Un centenar de organizaciones católicas de la región española se han adherido a un manifiesto que defiende que la presencia del crucifijo "en las aulas y otros espacios públicos", destacando que éste es "parte de nuestra identidad histórica, cultural, y espiritual cotidiana, y aún de la sociedad occidental".

Los firmantes del manifiesto recuerdan que la imagen de Cristo crucificado "es un signo que une a las personas, promueve los principios de igualdad, libertad y tolerancia, porque para Cristo todos los hombres somos hermanos, y por tanto iguales".

Las organizaciones firmantes incluyen a unas 40 asociaciones parroquiales, 16 cofradías y hermandades, 15 asociaciones juveniles católicas, una decena de movimientos eclesiales, así como colegios religiosos, asociaciones de padres de familias, e incluso algunas asociaciones vecinales y culturales no confesionales.

El manifiesto fue presentado esta semana por el Arcipreste de Guadalajara, el P. Ángel Luis Toledano, y por el delegado diocesano de Enseñanza, el P. Pedro Moreno, quienes han anunciado que el documento seguirá abierto a la recepción de nuevas adhesiones.

Los promotores de la campaña esperan que ésta sirva, además, de impulso para otras similares en las diferentes Diócesis del país.



lunes, 8 de febrero de 2010

El Papa invita a responder al llamado vocacional con generosidad

El Papa invita a responder al llamado vocacional con generosidad


VATICANO, 07 Feb. 10 (ACI).- Al comentar las lecturas dominicales fuertemente vocacionales, el Papa Benedicto XVI invitó este domingo durante el Ángelus a rezar por el aumento de las vocaciones sacerdotales, a la vez que invitó a los fieles a considerar seriamente el propio llamado vocacional.

El Papa recordó que Dios, de hombres pecadores y débiles, puede hacer intrépidos apóstoles y anunciadores de salvación.

“El encuentro auténtico con Dios lleva al hombre a reconocer la propia pobreza y limitación, el propio límite y el propio pecado. No obstante esta fragilidad, el Señor, rico de misericordia y de perdón, transforma la vida del hombre y lo llama a seguirlo”, dijo el Santo Padre al meditar sobre la llamada divina.

El Pontífice pasó revista a las experiencias de Isaías, Pedro y Pablo ante la llamada de Dios. “Isaías se encuentra frente al Señor y es sorprendido por un gran temor y el sentimiento profundo de la propia indignidad”.

Por su parte Simón Pedro “no se lanza al cuello de Jesús para manifestar la alegría de la pesca inesperada, sino que se tira al suelo en rodillas diciendo ‘Señor aléjate de mí que soy un pecador’. Entonces Jesús le dice: ‘No temas. De ahora en adelante serás pescador de hombres’, y a esto Pedro dejando todo lo sigue”.

“También Pablo –prosigue el Papa- recordando haber sido un perseguidor de la Iglesia, se profesa indigno de ser llamado apóstol, pero reconoce que la gracia de Dios ha realizado en él maravillas y no obstante los propios límites, le ha confiado la tarea y el honor de predicar el Evangelio”.

El Pontífice resaltó la humildad testimoniada en las tres experiencias invitando a “cuantos han recibido el don de la vocación divina a no concentrarse en los propios límites, sino a mantener la mirada fija en el Señor y en su sorprendente misericordia, para así convertir el corazón y continuar con alegría dejándolo todo por Él”.

“Dios hace de hombres pobres y débiles, pero con fe en Él, intrépidos apóstoles y anunciadores de la Salvación”, recordó el Papa.

Finalmente Benedicto XVI exhortó a cuantos se descubren llamados por Dios al sacerdocio a “responderle con generosidad, sin confiar en las propias fuerzas, y abrirse a la acción de la gracia” y encomendó a la Virgen María las vocaciones sacerdotales.



viernes, 5 de febrero de 2010

El canto que brota de la vida interior - Emilio Portugal Coutinho

El canto que brota de la vida interior
Emilio Portugal Coutinho


Hay un género musical que posee de manera especial el don misterioso de elevar los corazones a lo sobrenatural, a través de la santidad y delicadeza de sus formas: el canto gregoriano

Pocos composito­res clásicos logra­ron tanta fama y re­conocimiento como Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791). Dotado con ca­pacidades musicales extraordinarias, a los cinco años empezó a componer los primeros minuetos. Su genialidad despertó la admiración de grandes maestros contemporáneos y posterio­res a él como Schubert, quien luego de escuchar una de estas piezas mu­sicales, exclamó: "Parece que los ánge­les participan con su canto"[1].

La obra de Mozart es fecunda. A decenas de sinfonías, conciertos, se­renatas y óperas se les reúnen diecio­cho misas, cuatro letanías, tres víspe­ras, además de innumerables canta­tas, oratorios y otras composiciones sacras.

Sin embargo, de cara a esa vasta producción de índole tanto religiosa como profana, Mozart afirmó: "Da­ría toda mi obra por haber escrito el Prefacio de la Misa Gregoriana"[2].

¿Qué perfección, esplendor y mis­terio encierra el canto gregoriano pa­ra que el célebre compositor de Salzburgo hiciera una declaración tan sorprendente?.


Historia que se confunde con la de la Iglesia

Durante siglos se admitió univer­salmente que los himnos de la antigua sinagoga, más propiamente los sal­mos, contribuyeron a formar las raíces del canto de la Iglesia, puesto que los Apóstoles y muchos discípulos suyos eran judíos. Sin embargo, a mediados de la década de 1990 algunos estudio­sos comenzaron a contradecir esta te­sis, alegando que los primeros cristia­nos no utilizaban los textos de los sal­mos, pues se dejaron de cantar en las sinagogas después de la destrucción del Templo el año 70 d.C. [3].

No obstante, es imposible negar que los primeros ritos cristianos to­maron elementos de las ceremonias judías. La raíz de las horas canónicas está en las oraciones israelitas, las pa­labras "amén" y "aleluya" vienen del hebreo, y las tres invocaciones del sanctus derivan del triple kadosh, en la recitación del Kedusha[4]. Es, como mínimo, muy probable que también hubiera influencia judaica en la músi­ca de la comunidad proto-cristiana. Poco se conoce de la historia del canto sagrado hasta fines del siglo VI, cuando el Papa San Gregorio Magno decidió unificar toda la tradición litúr­gica florecida en los siglos anteriores.

Bajo su dirección, un cuerpo de mú­sicos y estudiosos seleccionó las melo­días más convenientes para las cere­monias litúrgicas, completó lagunas y refinó los cantos existentes, "velando con leyes y normas oportunas por la pu­reza e integridad del canto sagrado"[5].

El naciente género musical se hizo co­nocido como gregoriano, en alusión a la iniciativa del santo pontífice.


La "Schola Cantorum"

San Gregorio fundó también la Schola Cantorum, en donde se ense­ñaba y perfeccionaba el canto litúr­gico.

Muchos monasterios y abadías enviaron religiosos a Roma para que recibieran allá la educación musical necesaria, y después volver a comuni­carla a sus hermanos de vocación.

Los niños también tenían su sitio en la Schola Cantorum. Se ha dicho que el propio San Gregorio llegó a darles algunas clases. Ellos cantaban junto a los monjes, alternando cada versículo en los salmos y responsorios, al igual que las estrofas de los himnos.

La importancia de esta institución fue reconocida por los sucesores de san Gregorio, quienes siguieron in­centivándola.

Este centro de referen­cia tuvo como efecto la unificación de los métodos de enseñanza del grego­riano en toda Europa, algo que sería fundamental para su progreso y perfección.


Íntima unión entre música y letra

El canto gregoriano no es un gé­nero musical en el sentido estricto del término. Nació como compañero inseparable de la oración, con el pro­pósito de alabar a Dios y difundir las verdades de la fe. El texto de sus him­nos, salmos y antífonas está tomado muchas veces de la Sagrada Escritu­ra; por lo mismo, a menudo ha sido llamado "la Biblia cantada".

Más de un siglo antes del reina­do de san Gregorio, la unión íntima entre música y palabra había sido vi­vamente apuntada por el gran san Agustín. Al comentar los cantos "eje­cutados con voz clara y modulada", el obispo de Hipona describe sus pro­pios sentimientos: “Juzgo que aun las palabras de la Sagrada Escritura exci­tan nuestras mentes a piedad y devo­ción, más religiosa y frecuentemente, cuando se cantan con aquella destreza y suavidad, cuando todos y cada uno de los afectos de nuestra alma tienen respectivamente su correspondencia en los tonos y en el canto que los suscitan y despiertan por una relación tan ocul­ta como íntima"[6].

En el siglo XX, el Papa San Pío X coronó y precisó esta idea al enseñar que “como parte integrante de la litur­gia solemne, la música sagrada tiende a su mismo fin, el cual consiste en la gloria de Dios y la santificación y edifi­cación de los fieles. La música contri­buye a aumentar el decoro y esplendor de las solemnidades religiosas, y así co­mo su oficio principal consiste en revestir de adecuadas melodías el texto litúrgico que se propone a la conside­ración de los fieles, de igual manera su propio fin consiste en añadir más efi­cacia al texto mismo, para que por tal medio se excite más la devoción de los fieles y se preparen mejor a recibir los frutos de la gracia, propios de la cele­bración de los sagrados misterios”[7].

Décadas después, Pío XII volverá a recordar que "la dignidad de la mú­sica sagrada y su altísima finalidad es­tán en que con sus hermosas modula­ciones y con su magnificencia embelle­ce y adorna las voces del sacerdote que ofrece, o del pueblo cristiano que alaba al Altísimo; y eleva a Dios los espíritus de los asistentes como por una fuerza y virtud innata y hace más vivas y fervo­rosas las preces litúrgicas de la comuni­dad cristiana, para que pueda con más intensidad y eficacia alzar sus súplicas y alabanzas a Dios trino y uno"[8].

Y resaltando el uso de la música al servicio de las Celebraciones Eucarís­ticas, el Papa Pacelli agrega: “Ningu­na acción más excelsa, ninguna más su­blime puede ejercer la música que la de acompañar con la suavidad de los so­nidos al sacerdote que ofrece la divina víctima, asociarse con alegría al diálogo que el sacerdote entabla con el pueblo, y ennoblecer con su arte la acción sagra­da que en el altar se realiza”[9].


El uso del latín

El canto gregoriano se halla ínti­mamente ligado con la lengua de la Antigua Roma, y no tan sólo por su origen histórico. Muchos estudiosos propugnan que sus melodías nacen de la extensión del acento en las pa­labras latinas. Eso explica también la gran dificultad de acomodar el grego­riano a otros idiomas, pues no siem­pre coinciden los acentos melódicos con los idiomáticos.

Francois-René de Chateaubriand, famoso escritor francés del siglo XIX, muestra en una de sus obras más co­nocidas la riqueza expresiva del latín y su perfecta adaptación al culto divino:

“Creemos que una lengua antigua y mis­teriosa, una lengua que los siglos no al­teran, era muy conveniente al culto del Ser eterno, incomprensible, inmutable.

Y, dado que la agudeza de nuestros do­lores nos fuerza a elevar hacia el Rey de reyes una suplicante voz, ¿no es natural que se le hable en el idioma más gentil de la Tierra, en el mismo que usaban las naciones postradas cuando elevaban sus plegarias a los Césares?. Además -¡qué cosa notable! las oraciones en latín parecen duplicar el sentimiento religioso de las muchedumbres”[10].

De ahí que, entre otros motivos, el Concilio Vaticano II recomiende en su constitución Sacrosanctum Conci­lium, sobre la sagrada liturgia: "Pro­cúrese que los fieles sean capaces tam­bién de recitar o cantar juntos en latín las partes del ordinario de la Misa que les corresponde"[11].


Grandeza y majestad del órgano

El gregoriano es modulado al uní­sono, aunque haya muchos cantan­tes.

Cuando aparecieron las primeras composiciones en el austero ambien­te de los monasterios, sólo eran ento­nadas por voces humanas, sin acom­pañamiento instrumental.

El Papa Pío XI, en su Constitución Apostólica Divini cultus sanctitatem, afirma: “Ningún instrumento, ni aun el más delicado y perfecto, podrá nun­ca competir en vigor de expresión con la voz del hombre, sobre todo cuando de ella se sirve el alma para orar y ala­bar al Altísimo”[12].

Aun así, con el paso del tiempo, pa­ra asegurar la afinación y consolidar un apoyo que diera más esplendor a la música, fue permitido el uso del órga­no en la ejecución de las melodías gre­gorianas, siempre y cuando no ahoga­ra la voz de los cantantes. Dice el mis­mo Pío XI: “Por su maravillosa gran­diosidad y majestad [el órgano] fue es­timado digno de enlazarse con los ritos litúrgicos, ya acompañando al canto, ya durante los silencios de los coros y se­gún las prescripciones de la Iglesia, di­fundiendo suavísimas armonías”[13].

El Papa Pío XII, siguiendo la hue­lla de su predecesor, observa: "Entre los instrumentos a los que se les da en­trada en las iglesias ocupa con razón el primer puesto el órgano, que tan particularmente se acomoda a los cánti­cos y ritos sagrados, comunica un no­table esplendor y una particular magni­ficencia a las ceremonias de la Iglesia, conmueve las almas de los fieles con la grandiosidad y dulzura de sus sonidos, llena las almas de una alegría casi ce­lestial y las eleva con vehemencia ha­cia Dios y los bienes sobrenaturales"[14].

Y S. S. Benedicto XVI, tras desta­car que la finalidad de ese magnífi­co instrumento es “la glorificación de Dios y la edificación de la fe”; añade:

“El órgano, desde siempre y con razón, se considera el rey de los instrumentos musicales, porque recoge todos los soni­dos de la creación y -como se ha dicho hace poco- da resonancia a la pleni­tud de los sentimientos humanos, des­de la alegría a la tristeza, desde la ala­banza a la lamentación. Además, tras­cendiendo la esfera me­ramente humana, co­mo toda música de ca­lidad, remite a lo di­vino.

La gran varie­dad de los timbres del órgano, des­de el piano has­ta el fortísi­mo impetuo­so, lo con­vierte en un instrumento superior a to­dos los demás. Es capaz de dar reso­nancia a todos los ámbitos de la exis­tencia humana. Las múltiples posibili­dades del órgano nos recuerdan, de al­gún modo, la inmensidad y la magnifi­cencia de Dios”[15].


El Instituto Pontificio de Música Sacra

El arte vocal fue depurándose a tra­vés de los siglos. El canto llano dio pa­so a la polifonía, la polifonía a la músi­ca de cámara, y ésta a las grandes com­posiciones sinfónicas. Cuerdas, made­ras y metales se fundían armoniosa­mente con las voces en partituras cu­ya grandiosidad y calidad artística pa­recían inaccesibles al canto sencillo y solemne de la Iglesia primitiva.

Así, a principios del siglo XX el gregoriano parecía relegado a monas­terios y ciertas ceremonias litúrgicas en las que era irreemplazable. La mú­sica sacra en su conjunto corría el ries­go de quedar subordinada al arte, per­diendo su fin original. Esto motivó al Papa San Pío X a llevar a cabo lo que más tarde Pío XII denominaría "la or­gánica restauración y la reforma de la música sagrada, volviendo a inculcar los principios y normas transmitidos por la antigüedad y reordenándolos oportu­namente conforme a las exigencias de los tiempos modernos"[16].

Como fruto de su celo, en 1911 fue erigida en Roma la Pontificia Escuela Superior de Música Sacra, que en se­guida se convirtió en el Instituto Pon­tificio de Música Sacra[17].


El Motu Proprio "Tra le sollecitudini"

La esencia de la reforma de san Pío X está contenida en el Motu Pro­prio Tra le sollecitudini, citado por el Papa Juan Pablo II como "código jurí­dico de la música sagrada"[18].

En este documento, a principios del siglo XX, el Papa define las prin­cipales cualidades que deben exis­tir en una composición musical pa­ra que se la pueda considerar "sagrada": "Debe tener en grado eminente las cualidades propias de la liturgia, con­viene a saber: la santidad y la bondad de las formas de donde nace espon­táneo otro carácter suyo: la universa­lidad"[19].

El gregoriano, concluye san Pío X, ofrece dichas cualidades en grado al­tísimo, motivo por el cual se lo consi­dera el canto propio de la Iglesia Ca­tólica.

Así, el Papa llega a establecer la siguiente ley general: "Una compo­sición religiosa será más sagrada y li­túrgica cuanto más se acerque en ai­re, inspiración y sabor a la melodía gre­goriana, y será tanto menos digna del templo cuanto diste más de este mode­lo soberano" [20].


Un refrigerio para el materialismo de nuestro siglo

Hay una relación misteriosa en­tre el canto y la oración. Sin duda, la belleza particular del canto sagra­do consiste, más que en la perfección técnica, en reflejar ese poder arcano que tienen las artes para materializar el espíritu, la aspiración de las almas a la santidad. No sería exagerado de­cir que el gregoriano auténtico nace más del corazón que de los labios.

El Papa Pío XI percibió esto de manera admirable cuando afirmó: "Todo lo que emana de la vida interior de la Iglesia trasciende a los más per­fectos ideales de esta vida terrena"[21].

Por ese motivo el canto gregoriano, pese a su remoto origen, conserva tan­ta vitalidad. Por ese motivo, también, es buscado, escuchado, admirado en su sencillez por innumerables perso­nas, muchas de las cuales no son cris­tianas practicantes. La verdadera mú­sica sacra exhala el perfume de lo so­brenatural, ayudando a saciar la conti­nua sed de sublimidad y eternidad que acosa a nuestro siglo, tan deformado por la ciencia y por la técnica.

_______
Notas:
[1] BENEDICTO XVI - Discurso al final del Concierto con motivo del Cente­nario de la Diócesis de Bamberg (4/ Sep/2007).
[2] DANIEL-ROPS, Henri - A Igreja das catedrais e das Cruzadas. V III. Sáo Paulo: Editora Quadrante, 1993, p. 429.
[3] HILEY, David - Westem Plainchant. Oxford: Clarendon Press, 1993, pp. 484-485.
[4] APEL, Willi - Gregorian Chant Lon­don: Burns & Oates, 1958, p. 34.
[5] PIO XII - Carta Encíclica Música Sacra Disciplina, n. 4.
[6] PIO XII, Op. cit, n. 14.
[7] PIO X - Motu Proprio Tra le solleci­tudini, n. 1.
[8] PIO XII, Op. cit, n. 14.
[9] PIO XII, Op. cit, n. 15.
[10] CHATEAUBRIAND, Francois-­René de - Génie du Christianisme, Quatriéme Partie - Culte, L. 1, c. 3.
[11] Constitución Sacrosanctum Concilium, n. 54.
[12] PIO XI - Constitución Apostólica Divini cultus sanctitatem, n. 17.
[13] PIO XI, Op. cit, n. 18.
[14] PIO XII, Op. cit, n.18.
[15] BENEDICTO XVI -Bendición del nuevo órgano de la Antigua Capilla, Ratisbona (13/Sep./2006).
[16] PIO XI, Op. cit, n. 7.
[17] La importancia de este instituto para la Iglesia universal fue resaltada por Benedicto XVI, cien años después de su fundación, al recordar que "nume­rosos alumnos, que vienen aquí de to­das las partes del mundo para formar­se en las disciplinas de la música sacra, se convierten a su vez en formadores en sus respectivas Iglesias locales" (Discur­so durante la visita al Instituto Pontifi­cio de Música Sacra, 13/Oct./2007).
[18] JUAN PABLO II - Quirógrafo para el centenario del Motu Proprio Tra le sollecitudini sobre la música sagra­da (22/Nov./2003).
[19] PIO X, Op. cit, n. 2.
[20] PIO X, Op. cit, n. 3.
[21] PIO XI, Op. cit, n. 19.



jueves, 4 de febrero de 2010

Anuncian documento vaticano sobre "absoluta necesidad de oración" para religiosos y consagrados

Anuncian documento vaticano sobre "absoluta necesidad de oración" para religiosos y consagrados


VATICANO, 02 Feb. 10 (ACI).- El Cardenal Franc Rodé, Prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, anunció que dentro de poco este dicasterio dará a conocer dos nuevos documentos, uno de los cuales estará dedicado a la "absoluta necesidad de la oración" para religiosos y consagrados.

En entrevista concedida a Radio Vaticano este 2 de febrero, día en que la Iglesia celebra la Jornada por la Vida Consagrada, el Cardenal Rodé señaló que "hoy en un mundo con tanto movimiento como el nuestro, la oración se convierte ciertamente en algo más difícil. Debemos poner el acento en la absoluta necesidad de la oración en la vida espiritual de un consagrado y de una consagrada. Esto queremos hacerlo con la realización de un documento que estamos preparando".

Seguidamente explicó que "el Cardenal Cañizares, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, ha tenido la idea –que me ha propuesto– de hacer un documento interdicasterial, con una primera parte confiada a nuestro dicasterio y una segunda por el dicasterio para el Culto Divino, sobre la formación teológica de los religiosos y religiosas".

Este documento, explica el Cardenal Rodé, "es de gran importancia porque de una parte existe cierta 'ignorancia', una cierta falta de conocimiento y de formación litúrgica en los jóvenes religiosos y religiosas, y de otra parte están también las fantasías litúrgicas que no son siempre de buen gusto y no corresponden al deseo y la voluntad de la Iglesia y al espíritu mismo de la Liturgia. Aparecen entonces como necesarios algunos correctivos".

Al hablar luego sobre el segundo documento, el Prefecto señala que "en estos últimos tiempos hemos reflexionado sobre la figura del hermano laico en las congregaciones religiosas de hermanos y en las congregaciones mixtas de sacerdotes y hermanos".

"Queremos hacer un documento dedicado específicamente a esta figura del hermano laico, que es una figura autónoma, una figura que tiene un sentido en sí misma, que tiene una identidad propia. Un hermano laico no es –como se piensa con frecuencia y como la gente cree– alguno que no ha podido o no ha querido o no podía por cualquier razón llegar a ser sacerdote. Se trata de una vocación que tiene una lógica en sí misma, que tiene una misión particular en la Iglesia: y la historia lo prueba ampliamente", explicó.




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