jueves, 21 de octubre de 2010

Los nuevos cardenales - Francisco José Fernández de la Cigoña

Los nuevos cardenales
Francisco José Fernández de la Cigoña


Ya tenemos todos los nombres. Pasado el tiempo de la sorpresa podemos analizar el tercer consistorio de Benedicto XVI. Que se asegura un Colegio Cardenalicio absolutamente tradicional. Todavía más que el que le eligió Papa y el que fue conformando en sus dos creaciones cardenalicias anteriores.

Ha nombrado 24 cardenales, 20 de los cuales con derecho a voto en un eventual Cónclave que se celebrara a partir del momento en el que su nombramiento sea efectivo. Y una vez más se ha atenido escrupulosamente a la norma de Pablo VI que limitaba el número de electores a 120. Como en el consistorio anterior se ha pasado en uno. Pero apenas dos meses, salvo algún imprevisto, tendremos un cardenal de más por cuanto el francés Panafieu, arzobispo emérito de Marsella, pierde sus derechos electorales el próximo 26 de enero.

Notabilísimo número de italianos, lo que posiblemente hará aumentar las posibilidades de que el próximo Papa vuelva a ser de esa nacionalidad. Amato, Piacenza, Baldelli, de Paolis, Sardi, Monterisi, Ravasi y Romeo como electores, más Bertolucci y Sgreccia ya sin voto, condicionarán no poco el peso de la italianidad.

Es evidente que en esta ocasión no ha querido que hubiera dos cardenales con voto de una misma archidiócesis. Y así quedan a la espera Turín, Nueva York, Praga, Toledo, Sevilla, Malinas, Bogotá, Utrecht...

La adscripción a una línea, llamémosla tradicional, barre por goleada. Amato, Burke, Ranjith, Baldelli, Monterisi, Piacenza, de Paolis, Wuerl... Apenas se encontrará entre los creados algún nombre que chirríe algo. Y tampoco mucho.

Hasta los premiados por una vida de entrega a la Iglesia pero ya sin derechos electorales son de inequívoca procedencia. No sé nada de Brandmüller pero Sgreccia y Bertolucci son de acreditadísima militancia tradicional. A la que también se había apuntado nuestro Estepa superadas veleidades anteriores y ya muy lejanas. Ya he escrito que el castrense emérito fue pieza clave para enviar, rompiendo todos los vergonzosos corporativismos anteriores, a Setién al baúl de los recuerdos. De los muy malos recuerdos. Y no creo en una intervención regia para hacer a Estepa cardenal. Aunque el hecho de su nombramiento nos haya sorprendido a todos. Aunque, puntualizo. Sorpresa por mi parte, sí. Desagrado, ninguno.

Dos norteamericanos, Burke y Wuerl, dos alemanes, aunque uno de ellos ya sin voto, un polaco, un suizo, un brasileño, un ecuatoriano, un asiático y cuatro africanos.

Raro el nombramiento de dos eméritos y a pocos años de llegar a octogenarios. Al arzobispo emérito de Lusaka le queda menos de un año para llegar a esa edad y el arzobispo emérito de Quito cumplirá en enero 77.

África ha resultado muy favorecida, con cuatro cardenales, Lusaka, Kinshasa, "Cor Unum" y el patriarca de Alejandría de los coptos, frente a Asia, Colombo, Sudamérica, Quito y Aparecida y Oceanía, que en esta ocasión no ha tenido premio. A España le tocó uno de consolación cosa que no le ha ocurrido a Francia. Y las especulaciones sobre un capelo a Blázquez o a Barrio no pasaban de sueños. Y los sueños, sueños son. El despertar termina imponiendo siempre la cruda realidad. Que es la de que ni el uno ni el otro van a entrar en el Sacro Colegio. No han entrado ahora ni van a hacerlo nunca. Y eso no es una crítica a sus personas, que no se la merecen. Pero el capelo, tampoco.

El próximo consistorio no ocurrirá hasta 2012. A fines de ese año Benedicto XVI se encontrará con veintidós vacantes con lo que cabe una creación de cardenales más numerosa que la de hoy. Pero entonces ya estarán haciendo cola Baltimore, Manila, Praga, Utrecht, Nueva York, Seúl, Westminster, Bogotá, Río de Janeiro, Douala, Detroit, Bagkok, Marsella con todos sus eméritos ya sin voto en cónclave. Y a punto de perderlo Turín, Guadalajara, Malinas-Bruselas, Santiago de Chile, San Salvador de Bahía y Colonia. Cómo para que se vayan a acordar de Valladolid. O de Santiago.

Lo del cardenal Bertolucci, incondicional de la misa tridentina y apartado de su cargo por Marini el malo parece que hay que entenderlo como un reconocimiento al uno y un claro aviso al otro. Que si alguna vez pensó en el cardenalato hoy lo debe ver ya lejanísimo.

Tampoco el tren se paró en las estaciones de Coccopalmerio, Fisichella o Celli. A alguno le llegará el momento.

No ha sido éste un consistorio que haya rejuvenecido mucho el Sacro Colegio. El benjamín hasta hoy de los cardenales, el húngaro Erdö, creado cardenal por Juan Pablo II en 2003 ha punto a estado de seguir siendo el cardenal más joven de la Iglesia con sus 58 años. Ha dejado el puesto al alemán Marx que tiene 57. Koch tiene 60, Burke 62, Ranjith 63 y Nycz y Sarah 65, Piacenza 66, Ravasi, 68, Wuerl está a punto de cumplir 70, Mosengwo tiene 71, Amato y Romeo 72, Damasceno Assis 73, De Paolis, Baldelli y Naguib 75, Sardi, Monterisi y Vela Chiriboga, 76 y Mazombwe, 79. Por lo que es muy probable que de Paolis, Baldelli, Sardi y Monterisi lleguen al próximo consistorio como eméritos. Al igual que Farina, Rodé, Bertone, Lajolo, Dias y Levada. Sería conveniente un poco más de sangre joven entre los cardenales. Pero ya tendrá que quedar para dentro de dos años. Más o menos.





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