martes, 30 de noviembre de 2010

Noble sencillez no es pobreza litúrgica - P. Uwe Michael Lang

Noble sencillez no es pobreza litúrgica
P. Uwe Michael Lang


Presentamos nuestra traducción de un artículo, publicado en la edición italiana de Zenit bajo el título “La noble sencillez de las vestiduras litúrgicas”, del Padre Uwe Michael Lang, oficial de la Congregación para el Culto Divino y consultor de la Oficina para las Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice.


***


La tradición sapiencial bíblica aclama a Dios como “el mismo autor de la belleza” (Sab. 13, 3), glorificándolo por la grandeza y la belleza de las obras de la creación. El pensamiento cristiano, inspirándose sobre todo en la Sagrada Escritura, pero también en la filosofía clásica como auxiliar, ha desarrollado la concepción de la belleza como categoría teológica.

Esta enseñanza resuena en la homilía del Santo Padre Benedicto XVI durante la Santa Misa con dedicación de la iglesia de la Sagrada Familia en Barcelona (7 de noviembre de 2010): “La belleza es también reveladora de Dios porque, como Él, la obra bella es pura gratuidad, invita a la libertad y arranca del egoísmo”. La belleza divina se manifiesta de modo totalmente particular en la sagrada liturgia, también a través de las cosas materiales de las que el hombre, hecho de alma y cuerpo, tiene necesidad para alcanzar las realidades espirituales: el edificio del culto, los utensilios, las vestiduras, las imágenes, la música, la dignidad de las ceremonias mismas.

Debe releerse al respecto el quinto capítulo sobre el “Decoro de la celebración litúrgica” en la última encíclica del Papa Juan Pablo II, Ecclesia de Eucharistia (17 de abril de 2003), donde él afirma que Cristo mismo ha querido un ambiente digno y decoroso para la última cena, pidiendo a los discípulos que la prepararan en la casa de un amigo que tenía una “sala grande y adornada” (Lc 22, 12; cf. Mc 14, 15). La encíclica recuerda también la unctio de Betania, un evento significativo que preludia la institución de la Eucaristía (cf. Mt 26; Mc 14; Jn 12). Frente a la protesta de Judas de que la unción con el perfume precioso constituye un “derroche” inaceptable, dadas las necesidades de los pobres, Jesús, sin disminuir la obligación de la caridad concreta hacia los necesitados, declara su gran aprecio por el acto de la mujer porque su unción anticipa “el honor que su cuerpo merece también después de la muerte, por estar indisolublemente unido al misterio de su persona” (Ecclesia de Eucharistia, n. 47). Juan Pablo II concluye que la Iglesia, como la mujer de Betania, “no ha tenido miedo de «derrochar», dedicando sus mejores recursos para expresar su reverente asombro ante el don inconmensurable de la Eucaristía” (n. 48). La liturgia exige lo mejor de nuestras posibilidades para glorificar a Dios Creador y Redentor.

viernes, 26 de noviembre de 2010

Ayudar a opinión pública a leer la realidad desde el Evangelio, pide el Papa a medios católicos

Ayudar a opinión pública a leer la realidad desde el Evangelio, pide el Papa a medios católicos


VATICANO, 26 Nov. 10 (ACI).- Al recibir esta mañana a los 300 representantes de la Federación Italiana de Semanarios Católicos, el Papa Benedicto XVI resaltó que una tarea de los medios de inspiración católica es ayudar a la opinión pública a observar y leer la realidad desde un punto de vista evangélico, pues esta aproximación tiene que hacerse presente en la esfera pública.

En su discurso a esta federación que desde 1966 agrupa a los órganos de información diocesana y de inspiración católica de la península itálica, el Santo Padre afirmó que con la creación de canales de comunicación entre los diversos organismos de la prensa local se "respondía a la exigencia de promover la colaboración para aumentar la eficacia y el carácter incisivo del anuncio del mensaje evangélico".

"Esta es la función peculiar de los periódicos de inspiración católica: anunciar la Buena Nueva a través de la narración de los hechos concretos que viven las comunidades cristianas y de las situaciones reales en que se insertan", añadió.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Cardenal Newman difundió primado de la Verdad de Dios, recuerda Benedicto XVI

Cardenal Newman difundió primado de la Verdad de Dios, recuerda Benedicto XVI



VATICANO, 22 Nov. 10 (ACI).- En un mensaje enviado con motivo del simposio en Roma sobre el Beato Cardenal John Henry Newman, el Papa Benedicto XVI recordó que este hombre entregado al servicio de la Iglesia difundió siempre el primado de la Verdad, de Dios, esforzándose por convencer con humildad, alegría y paciencia.

En el texto enviado al P. Hermann Geissler, Director del International Centre of Newman Friends, que organiza el citado simposio sobre el tema "El primado de Dios en la vida y en los escritos del beato John Henry Newman", el Santo Padre recuerda que el Cardenal Newman, después de atravesar en su juventud un período de dificultad y dudas que concluyó con la gracia de la conversión y siendo todavía anglicano, se guiaba por dos criterios fundamentales que "manifiestan plenamente el primado de Dios en su vida".

"El primero: 'la santidad antes que la paz', documenta su firme voluntad de adhesión al Maestro interior con toda su conciencia, de abandonarse con confianza al Padre y de vivir en fidelidad a la verdad reconocida. El segundo: 'el crecimiento es la única expresión de vida', expresa totalmente su disposición a una conversión continua, a una transformación y un crecimiento interior, siempre confiado en Dios".

viernes, 19 de noviembre de 2010

Cristianizar la cultura mirando la eternidad - Mons. Héctor Aguer

Cristianizar la cultura mirando la eternidad
Mons. Héctor Aguer


Homilía del Sr. Arzobispo de La Plata, en la misa de clausura del Vº Encuentro Nacional de Docentes Universitarios Católicos
(7 de noviembre de 2010)


La fe en la resurrección de los muertos había alcanzado ya una amplia difusión en el judaísmo contemporáneo de Jesús; la sostenían de manera unánime los fariseos y probablemente también los esenios. Tal doctrina se desarrolló progresivamente en el largo período de composición del Antiguo Testamento. La primera lectura de la liturgia de hoy nos ha presentado un bello testimonio del segundo Libro de los Macabeos (7, 1-2. 9-14), testimonio que es uno de los más claros de la Biblia pre-cristiana. Un joven mártir proclama en ese pasaje su convicción de que el Rey del universo lo resucitará a una vida eterna; pone en Dios su esperanza y sabe que ésta no quedará defraudada.

El evangelio que acabamos de escuchar registra una discusión de Jesús con los saduceos sobre el tema de la resurrección de los muertos. Los saduceos se reclutaban sobre todo en la casta sacerdotal; se atenían al texto de las Escrituras, especialmente a la Torá, y rechazaban los comentarios rabínicos. Según el historiador Flavio Josefo, negaban la soberanía de la Providencia y hasta la intervención de Dios en el mundo y en los asuntos humanos; no creían en la supervivencia de las almas, las cuales desaparecerían con los cuerpos, y en consecuencia negaban las recompensas y las penas en el más allá. El Nuevo Testamento confirma en buena medida esa descripción de la primitiva teología saducea; se le atribuye a la secta no admitir la resurrección, ni la existencia de ángeles y demonios (cf. Lc. 20, 27; Hech. 23,8). Los saduceos eran gente acomodada, satisfechos de su suerte aquí abajo, que no se preocupaban demasiado por escrutar los misterios del mundo futuro y se acantonaban en una especie de conformismo y de agnosticismo prudente. No se los encuentra ya después de la destrucción del templo en el año 70, pero no hay que empeñarse mucho para reconocer contemporáneos nuestros –aun sedicentes cristianos- que piensan o viven como saduceos.

En la escena evangélica (Lc. 20, 27-38) los objetores le plantean al Señor un caso, para nosotros curioso, de aplicación de la ley del levirato, por la cual un hombre debía casarse con la viuda de su hermano para suscitar descendencia a su linaje. Era ésta una costumbre muy extendida en el Medio Oriente antiguo, que entró a formar parte de la legislación mosaica. Jesús, en su respuesta, afirma que el matrimonio es una realidad del mundo presente y se orienta a asegurar la permanencia de la especie humana en el tiempo, cuando la existencia del hombre se encamina inexorablemente a la muerte. Pero las instituciones terrenas no se prolongarán inmutables en el más allá. Los resucitados no pueden morir y por lo tanto no necesitan asegurarse una posteridad que los reemplace; la procreación, finalidad esencial del matrimonio, resultará inútil en la otra vida, vida nueva y gloriosa, diversa de la de esta tierra. Ya que los saduceos citaban a Moisés, el Señor apela a esa misma autoridad para afirmar la resurrección de los muertos y la vida eterna: el Dios revelado en el misterio de la zarza ardiente es el Dios viviente, fuente de la vida y de la inmortalidad.

jueves, 18 de noviembre de 2010

Unidad de los cristianos está y vive en la oración, dice el Papa Benedicto XVI

Unidad de los cristianos está y vive en la oración, dice el Papa Benedicto XVI


VATICANO, 18 Nov. 10 (ACI).- En su discurso de hoy a los participantes de la asamblea plenaria del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos que cumple 50 años de creación, dedicada al tema: "Hacia una nueva etapa del diálogo ecuménico", el Papa Benedicto XVI señaló que "la unidad de los cristianos es y sigue siendo la oración, vive de la oración".

En su discurso y tras recordar la creación de este dicasterio por parte del Papa Juan XXIII, Benedicto XVI señaló que "en estos cincuenta años se ha llegado a un conocimiento más verdadero y a una estima más grande de las Iglesias y las Comunidades eclesiales".

Este proceso, dijo, se ha dado "superando prejuicios sedimentados por la historia; se ha crecido en el diálogo teológico, pero también en el de la caridad; se han desarrollado varias formas de colaboración entre las cuales, además de la defensa de la vida, la de la salvaguardia de la creación y la lucha contra la injusticia; también ha sido importante y fructífera la relativa a las traducciones ecuménicas de las Sagradas Escrituras".

lunes, 15 de noviembre de 2010

El Papa Benedicto XVI explica función de conferencias episcopales

El Papa Benedicto XVI explica función de conferencias episcopales


VATICANO, 15 Nov. 10 (ACI).- En su discurso a los prelados de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB-Sector Centro Oeste) en visita ad limina, el Papa Benedicto XVI explicó la función de las conferencias episcopales, que no deben ser una realidad paralela al gobierno pastoral de cada obispo ni deben sustituir su ministerio.

Al recibir esta mañana a la delegación de obispos brasileños al final de su visita ad limina, el Santo Padre se refirió a la coincidencia entre la fecha del discurso al primer grupo de obispos; la fiesta nacional de la independencia; y a la del último: la proclamación de la República en Brasil, y afirmó que aprovechaba ese dato para "subrayar una vez más la importancia de la acción evangelizadora de la Iglesia en la construcción de la identidad brasileña".

En ese sentido, desde hace casi 60 años, la CNBB "es un punto de referencia de la sociedad brasileña, proponiéndose cada vez más y sobre todo como un lugar donde vivir la caridad", afirmó el Santo Padre.

sábado, 13 de noviembre de 2010

La imagen de Cristo más alta del mundo está en Polonia

La imagen de Cristo más alta del mundo está en Polonia


VARSOVIA, 09 Nov. 10 (ACI).- En la pequeña comunidad de Swiebodzin, Polonia, se erigió la imagen de Cristo más alta del mundo. El diseño estuvo a cargo del P. Sylwester Zawadzki y mide 51 metros de alto, tomando en cuenta su pedestal y la corona de oro que porta en la cabeza.


viernes, 12 de noviembre de 2010

La visita del Papa a Barcelona bate récords de audiencia: casi seis horas por persona ante el televisor

La visita del Papa a Barcelona bate récords de audiencia: casi seis horas por persona ante el televisor


El consumo de televisión en Cataluña alcanzó el domingo la cifra histórica de 331 minutos por espectador y el minuto de oro fue para la Sagrada Familia. Casi 1,7 millones de catalanes y 12,4 millones de españoles siguieron en TV los pasos de Benedicto XVI


ForumLibertas.com.- El impacto de la visita del Papa a Santiago de Compostela y Barcelona no deja de batir récords. El pasado domingo, 7 de noviembre, Cataluña se quedó enganchada al televisor hasta tal punto que se consiguió una cifra histórica de audiencia: el consumo de televisión se disparó hasta los 331 minutos por persona, es decir cada espectador estuvo casi seis horas siguiendo los pasos de Benedicto XVI.

Se trata sin duda del día más televisivo desde que se empezaron a medir las audiencias en el Estado español, en 1992. El punto álgido de la retransmisión de la visita del Pontífice, el llamado minuto de oro, se produjo a las 13,36 horas, coincidiendo con la parte final de la ceremonia de dedicación de la Sagrada Familia que presidió el Papa.


Las cifras del éxito televisivo

En ese momento, llegó a haber una punta de 662.000 espectadores, un 39,2% del total de catalanes que en conjunto vieron en algún momento esa ceremonia, o sea 1.680.000 personas (el 24,2% de la población en Cataluña).

jueves, 11 de noviembre de 2010

El Papa Benedicto XVI recuerda histórica visita a España

El Papa Benedicto XVI recuerda histórica visita a España


VATICANO, 10 Nov. 10 (ACI).- En la Audiencia General de este miércoles, el Papa Benedicto XVI se refirió a su reciente viaje a España, en donde llegó a las ciudades de Santiago de Compostela en ocasión del Año Santo Compostelano o Xacobeo; y a Barcelona en donde dedicó la ahora Basílica Menor de la Sagrada Familia, obra del arquitecto Antoni Gaudí. En su catequesis reiteró la necesidad de que Europa se abra a Dios, de armoniar la fe y la razón, y de defender la vida y la familia constituida sobre el matrimonio entre un hombre y una mujer.

En el Aula Pablo VI y ante miles de fieles presentes, el Papa dijo que "fui allí para confirmar en la fe a mis hermanos y lo hice como testigo de Cristo resucitado, como sembrador de la esperanza que no defrauda y no engaña".

Desde la ceremonia de bienvenida en Santiago de Compostela el sábado 6 de noviembre, continuó el Santo Padre, tuvo "la oportunidad de experimentar el amor que las gentes de España nutren hacia el Sucesor de Pedro. En este Año Santo Compostelano, he querido hacerme peregrino junto con cuantos, muy numerosos, visitan ese célebre santuario".

Una imagen para recordar - Bruno Moreno Ramos

Una imagen para recordar
Bruno Moreno Ramos


Ahora que ya han pasado varios días desde la visita del Papa, aprovecho para hablar con más calma de lo que más me ha gustado de la misma. Ha sido, sin duda, una visita llena de acontecimientos y palabras de fe y sería ingenuo intentar resumirla en una frase. Sin embargo, hay imagen que me impresionó y que quedará grabada en mi memoria como símbolo de esta visita, aunque apenas duró uno o dos minutos.

Cada uno, recordará probablemente algo diferente de este viaje del Papa. A fin de cuentas, de lo que rebosa el corazón habla la boca… y también la memoria. La prensa malintencionada recordará, con resentimiento y sensación de superioridad, el detalle simpático de las monjas limpiando el altar. Es fácil que muchos nacionalistas catalanes hablen de esta visita como la visita en la que el Papa habló en catalán. Otros recordarán simplemente la magnífica arquitectura de la Sagrada Familia, el número de personas o las pancartas a favor o en contra. Algunos, quizá los menos, la preciosa liturgia de consagración del templo, las valientes homilías y declaraciones del Papa, el ejemplo de santidad de Gaudí… En cualquier caso, no parece que la imagen que yo he elegido sea muy popular, porque no la he podido encontrar en Internet y he tenido que sacarla de un vídeo.

Para mí, la imagen más representativa de la visita fue la del Papa rezando, arrodillado y en silencio, ante la tumba del Apóstol Santiago. Probablemente, Benedicto XVI defraudó las ingenuas expectativas de algunos, que esperaban que diera más importancia a gestos de tipo más bien folclórico, como el abrazo a la imagen del Apóstol, pero, el Papa sabe ir a lo esencial y dio importancia a lo que verdaderamente la tiene: las reliquias de Santiago el Mayor. Fue un momento precioso. Hasta el parlanchín comentarista televisivo se calló mientras el Papa rezaba.

Ante la tumba de Santiago, durante unos minutos, el bullicio de la visita papal se detuvo. Y hubo silencio, porque el Papa rezaba.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

La Iglesia debe mostrar al mundo que Dios es amor, dice Benedicto XVI en dedicación de la Sagrada Familia

La Iglesia debe mostrar al mundo que Dios es amor, dice Benedicto XVI en dedicación de la Sagrada Familia


BARCELONA, 07 Nov. 10 (ACI).- Al presidir esta mañana la Misa en ocasión de la dedicación de la Iglesia y el altar de la Sagrada Familia en Barcelona, declarada Basílica Menor, el Papa Benedicto XVI resaltó que la tarea de la Iglesia es mostrarle al mundo el rostro de Dios que es amor; y destacó la urgente necesidad de defender la vida desde la concepción hasta la muerte natural, el matrimonio formado por un hombre y una mujer sobre el que se funda la familia.

En la homilía de la Eucaristía que presidió tras su encuentro con los reyes de España, Juan Carlos I y Sofía de Grecia, el Santo Padre recordó a quienes ha hecho posible la obra de la Sagrada Familia, "sobre todo, al que fue alma y artífice de este proyecto: a Antoni Gaudí, arquitecto genial y cristiano consecuente, con la antorcha de su fe ardiendo hasta el término de su vida, vivida en dignidad y austeridad absoluta" cuya causa de beatificación se encuentra en proceso.

Tras resaltar que la historia catalana está marcada por el testimonio de muchos santos, el Papa se refirió a la confianza en la providencia de Gaudí, cuando decía que "San José acabará el templo" y expresó: "no deja de ser significativo que sea dedicado por un Papa cuyo nombre de pila es José (Joseph)".

Destacando la maestría del arquitecto para unir en la arquitectura a la naturaleza, las Sagradas Escrituras y la Liturgia "para poner ante los hombres el misterio de Dios revelado en el nacimiento, pasión, muerte y resurrección de Jesucristo", Benedicto XVI indicó que así Gaudí "colaboró genialmente a la edificación de la conciencia humana anclada en el mundo, abierta a Dios, iluminada y santificada por Cristo. E hizo algo que es una de las tareas más importantes hoy: superar la escisión entre conciencia humana y conciencia cristiana, entre existencia en este mundo temporal y apertura a una vida eterna, entre belleza de las cosas y Dios como Belleza".

"Esto lo realizó Antoni Gaudí no con palabras sino con piedras, trazos, planos y cumbres. Y es que la belleza es la gran necesidad del hombre; es la raíz de la que brota el tronco de nuestra paz y los frutos de nuestra esperanza. La belleza es también reveladora de Dios porque, como Él, la obra bella es pura gratuidad, invita a la libertad y arranca del egoísmo", explicó el Santo Padre.

El Papa se refirió luego a Cristo, plenitud de la revelación de Dios, que es "la piedra que soporta el peso del mundo, que mantiene la cohesión de la Iglesia y que recoge en unidad final todas las conquistas de la humanidad. En Él tenemos la Palabra y la presencia de Dios, y de Él recibe la Iglesia su vida, su doctrina y su misión. La Iglesia no tiene consistencia por sí misma; está llamada a ser signo e instrumento de Cristo, en pura docilidad a su autoridad y en total servicio a su mandato. El único Cristo funda la única Iglesia; Él es la roca sobre la que se cimienta nuestra fe".

Apoyados en esa fe, continuó, "busquemos juntos mostrar al mundo el rostro de Dios, que es amor y el único que puede responder al anhelo de plenitud del hombre. Ésa es la gran tarea, mostrar a todos que Dios es Dios de paz y no de violencia, de libertad y no de coacción, de concordia y no de discordia".

Tras afirmar que en una época en la que el hombre le da la espalda a Dios, la obra de Gaudí muestra que "Dios es la verdadera medida del hombre", el Papa indicó que la Sagrada Familia constituye en Barcelona "un espacio de belleza, de fe y de esperanza, que lleva al hombre al encuentro con quien es la Verdad y la Belleza misma", con Dios.

"Al consagrar el altar de este templo, considerando a Cristo como su fundamento, estamos presentando ante el mundo a Dios que es amigo de los hombres e invitando a los hombres a ser amigos de Dios" para que el hombre experimente la alegría "de compartir su misma vida siendo objeto de su amor infinito".


Defensa de la vida y la familia

Hablando luego del testimonio de amor, trabajo y servicio de la Sagrada Familia de Nazaret, el Papa Benedicto resaltó que es fundamental en la actualidad "la atención, protección y ayuda a la familia, ya que el amor generoso e indisoluble de un hombre y una mujer es el marco eficaz y el fundamento de la vida humana en su gestación, en su alumbramiento, en su crecimiento y en su término natural".

"Sólo donde existen el amor y la fidelidad, nace y perdura la verdadera libertad. Por eso, la Iglesia aboga por adecuadas medidas económicas y sociales para que la mujer encuentre en el hogar y en el trabajo su plena realización; para que el hombre y la mujer que contraen matrimonio y forman una familia sean decididamente apoyados por el Estado; para que se defienda la vida de los hijos como sagrada e inviolable desde el momento de su concepción; para que la natalidad sea dignificada, valorada y apoyada jurídica, social y legislativamente".

Por eso, precisó el Papa, "la Iglesia se opone a todas las formas de negación de la vida humana y apoya cuanto promueva el orden natural en el ámbito de la institución familiar".

"Queridos hermanos, al dedicar este espléndido templo, suplico igualmente al Señor de nuestras vidas que de este altar, que ahora va a ser ungido con óleo santo y sobre el que se consumará el sacrificio de amor de Cristo, brote un río constante de gracia y caridad sobre esta ciudad de Barcelona y sus gentes, y sobre el mundo entero. Que estas aguas fecundas llenen de fe y vitalidad apostólica a esta Iglesia archidiocesana, a sus pastores y fieles", concluyó.



Para leer la homilía completa ingrese a:



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No deje de ver el siguiente video de Benedicto XVI con la Homilía de la Misa en ocasión de la dedicación de la Iglesia y el altar de la Sagrada Familia en Barcelona, declarada Basílica Menor:


Parte 1




Parte 2




martes, 9 de noviembre de 2010

Nueva evangelización - P. Ramiro Pellitero

Nueva evangelización
P. Ramiro Pellitero *


La misión se fundamenta siempre, de modo vivo, en la propia identidad de la Iglesia y de los cristianos. De ahí que para ellos, la nueva evangelización, «si bien se refiere directamente a su forma de relacionarse hacia el exterior, presupone sin embargo ante todo una constante renovación interior».


“La Iglesia tiene el deber de anunciar siempre y en todas partes el Evangelio de Jesucristo”. Así comienza el documento con el que se constituye el Consejo Pontificio para la promoción de la Nueva Evangelización (Ubicumque et semper).

En la apertura del Concilio Vaticano II, el 1 de octubre de 1962, Juan XXIII señalaba que el “depósito de la fe” (lo que suele llamarse la doctrina cristiana) es, en su sustancia, siempre el mismo; y ese mismo depósito cambia en la “manera de formular su expresión” según los tiempos y lugares. Así ese depósito de la fe puede ser “custodiado y enseñado en forma cada vez más eficaz”. Es lo que ahora se indica diciendo que se trata de anunciar y proclamar la belleza del Evangelio “siempre y en todas partes”, con palabras que dan el título al documento. Dos afirmaciones, pues, son aquí importantes, en paralelo con la finalidad que se proponía el Concilio.

En primer lugar, dice Benedicto XVI que “la misión evangelizadora, continuación de la obra querida por el Señor Jesús, es para la Iglesia necesaria e insustituible, expresión de su misma naturaleza”. En efecto, la palabra Iglesia quiere decir con-vocación, llamada de muchos a formar la familia de Dios. Para eso existe la Iglesia. Durante la historia, su esencia se identifica con su misión. Ella es, en palabras del Concilio Vaticano II, un “Pueblo mesiánico” (Lumen gentium, 9), porque en ella vive el “Mesías” (Cristo, el ungido por el Espíritu de Dios), esperado y prometido. Y por tanto, ella es también ungida y enviada a toda la tierra para comunicar y entregar la Buena Noticia que el Dios vivo y trino ha querido manifestar por Cristo y en Cristo: que Dios es amor; que sólo el amor crea y vivifica, une y salva; que su doctrina no es letra muerta, pura teoría o ley externa al corazón humano, sino que es vida: más aún, la vida plena y auténtica que cada persona y la humanidad en su conjunto anhelan desde el principio del mundo.

En segundo lugar, “esta misión (de la Iglesia) ha asumido en la historia formas y modalidades siempre nuevas según los tiempos, las situaciones y los momentos históricos”. Nuestra época es testigo de “gigantescos progresos” e “innegables beneficios”, junto con el “alejamiento de la fe” e incluso una “preocupante pérdida del sentido de lo sagrado” que pone en duda los fundamentos trascendentes de la existencia humana.

En consecuencia, se propone una tarea que ya Juan Pablo II había denominado “nueva evangelización”, dirigida especialmente a los bautizados que no viven su fe o no la conocen, y también a otros que desean profundizar en ella. Una tarea con especial referencia al “Primer mundo”, el mundo del bienestar y el consumismo, enfermo de indiferentismo y secularismo, cuando no afectado gravemente por el ateísmo. Se trata de territorios en muchos casos tradicionalmente cristianos, que hoy requieren “un renovado empuje misionero, expresión de una generosa apertura al don de la gracia”.

Atención, porque no se trata de un problema social o cultural, un problema de estructuras y estrategias organizativas y exteriores. Es una cuestión más central, que afecta al corazón de cada uno, a su relación con Dios. Y es que la misión se fundamenta siempre, de modo vivo, en la propia identidad de la Iglesia y de los cristianos. De ahí que para ellos, la nueva evangelización, “si bien se refiere directamente a su forma de relacionarse hacia el exterior, presupone sin embargo ante todo una constante renovación interior”.

Se requiere, ciertamente, recomponer el entramado cristiano de las comunidades cristianas; pero “no podemos olvidar que la primera tarea será la de hacerse dóciles a la obra gratuita del Espíritu del Resucitado, que acompaña a cuantos son portadores del Evangelio, y que abre el corazón de quienes escuchan. Para proclamar de forma fecunda la Palabra del Evangelio, es necesario ante todo que se haga una profunda experiencia de Dios”.

Por eso, tampoco estamos ante lo que, con ojos demasiado humanos, podría interpretarse como un intento de una nueva expansión o restauración de una influencia cultural perdida. No. “En la raíz de toda evangelización no hay un proyecto humano de expansión, sino el deseo de compartir el don inestimable que Dios ha querido hacernos, haciéndonos partícipes de su misma vida”.

Nueva evangelización significa, en resumen, renovación interior, experiencia de Dios, redescubrimiento de la belleza del Evangelio, nuevo impulso que vivifique todas las realidades temporales (las familias y los trabajos, las culturas y las leyes, las transformaciones sociales, los avances científicos y tecnológicos), con lo que San Josemaría Escrivá llamaba “la esperanza de Cristo” (Surco, 293).

Se trata –en definitiva– de ser fieles, de modo renovado y creativo, a la propia identidad y misión. El cristiano es seguidor de Cristo, que significa ungido por el Espíritu Santo, es decir, por el amor personal de Dios. A la jerarquía de la Iglesia y su magisterio le corresponde orientar e impulsar una nueva evangelización. Pero esa tarea es propia de todos los cristianos, aquí y en todas partes, ahora y siempre, convocados a ser evangelizadores, con su vida y su palabra.


* Instituto Superior de Ciencias Religiosas, Universidad de Navarra






martes, 2 de noviembre de 2010

La santidad es la finalidad de la vida Cristiana, recuerda el Papa

La santidad es la finalidad de la vida Cristiana, recuerda el Papa


VATICANO, 01 Nov. 10 (ACI).- Al presidir el Angelus de este 1 de Noviembre, Solemnidad de Todos los Santos, el Papa Benedicto XVI recordó que la santidad es el fin último de la vida cristiana.

"La solemnidad de Todos los Santos que hoy celebramos nos invita a levantar la mirada al Cielo y a meditar sobre la plenitud de la vida divina que nos espera", dijo el Papa, al recordar que "la santidad, imprimir a Cristo en nosotros mismos, es la finalidad de la vida cristiana".

Luego de mencionar la piadosa celebración de los Fieles Difuntos el 2 de noviembre, el Pontífice recordó que "la separación de los afectos terrenos es ciertamente dolorosa, pero no debemos temerla, porque ella, acompañada de la oración de sufragio de la Iglesia, no puede romper el vínculo profundo que nos une a Cristo".

"Queridos amigos, la eternidad no es un continuo sucederse de días del calendario, sino como el momento lleno de plenitud, en el cual la totalidad nos abraza y nosotros abrazamos la totalidad del ser, de la verdad, del amor".

El Pontífice finalmente encomendó a la Virgen María, "guía segura hacia la santidad", "nuestra peregrinación hacia la patria celestial, mientras invocamos su materna intercesión por el descanso eterno de todos nuestros hermanos y hermanas que se han dormido con la esperanza de la resurrección".



lunes, 1 de noviembre de 2010

Domingo de Cristo Rey - Dr. Augusto Padilla

Domingo de Cristo Rey
Dr. Augusto Padilla


El último domingo de Octubre se celebra la Fiesta de Cristo Rey, según el calendario para el Modo Extraordinario del Rito Romano. Agradecemos al Dr. Padilla este valioso aporte que nos recuerda la vigencia del Magisterio Pontificio -en este caso de Pío XI- y la falta de conocimiento que de él tenemos la mayoría de los católicos.


“Y si ahora mandamos que Cristo Rey sea honrado por todos los católicos del mundo, con ello proveeremos también a las necesidades de los tiempos presentes, y pondremos un remedio eficacísimo a la peste que hoy inficiona a la humana sociedad. Juzgamos peste de nuestros tiempos al llamado laicismo con sus errores y abominables intentos; y vosotros sabéis, venerables hermanos, que tal impiedad no maduró en un solo día, sino que se incubaba desde mucho antes en las entrañas de la sociedad. Se comenzó por negar el imperio de Cristo sobre todas las gentes; se negó a la Iglesia el derecho, fundado en el derecho del mismo Cristo, de enseñar al género humano, esto es, de dar leyes y de dirigir los pueblos para conducirlos a la eterna felicidad. Después, poco a poco, la religión cristiana fue igualada con las demás religiones falsas y rebajada indecorosamente al nivel de éstas. Se la sometió luego al poder civil y a la arbitraria permisión de los gobernantes y magistrados. Y se avanzó más: hubo algunos de éstos que imaginaron sustituir la religión de Cristo con cierta religión natural, con ciertos sentimientos puramente humanos. No faltaron Estados que creyeron poder pasarse sin Dios, y pusieron su religión en la impiedad y en el desprecio de Dios.

Los amarguísimos frutos que este alejarse de Cristo por parte de los individuos y de las naciones ha producido con tanta frecuencia y durante tanto tiempo, los hemos lamentado ya en nuestra encíclica Ubi arcano, y los volvemos hoy a lamentar, al ver el germen de la discordia sembrado por todas partes; encendidos entre los pueblos los odios y rivalidades que tanto retardan, todavía, el restablecimiento de la paz; las codicias desenfrenadas, que con frecuencia se esconden bajo las apariencias del bien público y del amor patrio; y, brotando de todo esto, las discordias civiles, junto con un ciego y desatado egoísmo, sólo atento a sus particulares provechos y comodidades y midiéndolo todo por ellas; destruida de raíz la paz doméstica por el olvido y la relajación de los deberes familiares; rota la unión y la estabilidad de las familias; y, en fin, sacudida y empujada a la muerte la humana sociedad”.

Pío XI, Encíclica Quas primas,11 de Diciembre de 1925


Nota catapúltica

La Quas primas, donde el Papa denuncia el intento de equiparar a la religión cristiana con “las demás religiones falsas” precede a la Mortalium animos del 6 de Enero de 1928, donde Pío XI enseña el buen ecumenismo:

“… la unión de los cristianos no se puede fomentar de otro modo que procurando el retorno de los disidentes a la única y verdadera Iglesia de Cristo, de la cual un día desdichadamente se alejaron; a aquella única y verdadera Iglesia que todos ciertamente conocen y que por la voluntad de su Fundador debe permanecer siempre tal cual El mismo la fundó para la salvación de todos”.

Vuelvan, pues, al Padre común, que olvidando las injurias inferidas ya a la Sede Apostólica, los recibirá amantísimamente…”

“…vuelvan los hijos disidentes, no ya con el deseo y la esperanza de que la Iglesia de Dios vivo, la columna y el sostén de la verdad abdique de la integridad de su fe, y consienta los errores de ellos, sino para someterse al magisterio y al gobierno de ella”.




Desgraciadamente, ambos documentos parecen ser letra muerta para la Iglesia de hoy.



 




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