Comenzamos, con esta primer entrega, a reproducir el libro del P. José María Iraburu "Caminos laicales de Perfección". En un tiempo de crisis y confusión viene muy bien meditar en estos caminos. Ojalá sean de provecho y nos ayuden a alcanzar la perfección cristiana: la santidad.
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Índice
Índice
Introducción
1. Vocación universal a la santidad
Verdad fundamental de la fe -La santidad, fin único -No pretender dos fines -¿Verdad sabida?
2. La santificación de los laicos en el mundo
Matrimonio y trabajo -La renovación del orden temporal -buscar la santidad en el mundo - Libres del mundo - Las tentaciones de la vida en el mundo - El bien dificultado y el mal facilitado - La armadura de Dios - Caminar rectamente por caminos torcidos: - 1-. con actos intensos, - 2-. con la cruz a cuestas, - Rectificar los caminos torcidos, - Por sus frutos los conoceréis, - Laicos y religiosos, - Ejemplaridad de los religiosos - Renuncia final de los laicos al mundo - La santidad perfecta de una ofrenda permanente - ¿Y es éste un camino suficiente para la perfección?
3. Consagraciones
Noción general - Consagración bautismal - Consagraciones litúrgicas - Consagraciones privadas - Historia, - Consagración al Corazón de Jesús - Consagración al Corazón Inmaculado de María, - Consagraciones, reglas de vida y votos
4. Regla de vida
Es natural atenerse a una regla - Andando sin camino - Conviene andar por un camino - La alergia luterana a la ley - La alergia liberal a la ley - El amor católico a la ley - Los religiosos buscan la perfección sujetándose a una Regla - La regla de vida en los laicos - Por la regla de vida se establece una alianza con Dios - La victoria sobre los tres enemigos - Planes y reglas de vida personales o comunitarios - Fidelidad y flexibilidad - Fidelidad a la norma y santo abandono - Modificación de las normas - Andar sin camino
5. Votos
Diversos compromisos personales - El voto en la Iglesia - Materia del voto - Obligación - Una alianza sagrada - Los tres valores fundamentales del voto - El voto inaugura una fuente que manará continuamente - Los actos buenos que han de hacerse uno a uno - Algunas observaciones complementarias - Modificaciones del voto - Errores - Valoración actual de los votos - Los santos ante las Reglas y votos privados - Conveniencia ayer y hoy de reglas de vida y votos laicales
6. Oración, ayuno y limosna
Materia de reglas y votos - Pobreza, obediencia y castidad - Oración, ayuno y limosna - Tradición patrística y pastoral - Tres claves decisivas para el crecimiento espiritual - Algunos ejemplos para obligarse con Dios - Armas poderosas para tiempos de grandes batallas
7. Dirección espiritual
Es cuestión de humildad - La dirección espiritual - Magisterio apostólico - Valor grande del ministerio de dirección - Cualidades del director: - 1. Ciencia - 2. Experiencia - 3. Oración - 4. Discernimiento adquirido y carismático - 5. Comunicar la propia vida - 6. Guardar la libertad del cristiano en la docilidad al Espíritu Santo - Actitudes principales del dirigido: - 1. Voluntad firme de santidad - 2. Espíritu de fe para ver a Cristo en el director - 3. Sinceridad - 4. Obediencia - Una cosa es el acompañamiento espiritual - Otra cosa es la dirección espiritual - . Entre acompañamiento y dirección - . Dirección espiritual de laicos - En espíritu de obediencia - Voto de obediencia al director - La fuerza acrecentadora de la autoridad y de la obediencia - Todo es gracia
Final
Laicos con muchas ayudas - Laicos con pocas ayudas - Muchas ayudas posibles - Algunos ejemplos - ¿Fundadores? - Conviene hoy todo esto - Cristianos que sobreviven - «Estáse ardiendo el mundo...», - El que pueda entender, que entienda
Obras citadas
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Introducción
Introducción
Todos los cristianos están llamados a la perfección evangélica, es decir, a la santidad. Y todos están llamados a santificarse por una conformidad amorosa con la voluntad de Dios, afirmada día a día mediante la fidelidad y el abandono. En efecto, en la fidelidad incondicional a lo que Dios quiere -voluntad divina claramente significada por la fe y los mandamientos- y en el abandono confiado a lo que Dios quiera -voluntad divina manifestada en las circunstancias cambiantes de la vida-, el cristiano halla, por las pequeñas cosas de cada día, su camino fundamental hacia la santidad. Y esta vía principal de perfección es común a sacerdotes, religiosos y laicos.
¿Pero en esa fidelidad y abandono a las cosas pequeñas o grandes de la vida ordinaria puede hallarse estrictamente un camino?... Ésta es una cuestión más bien verbal. Pero un «camino» implica unos medios predeterminados, bien conocidos y previsibles, en orden a un fin. Por eso, en este sentido más estricto de la palabra, solamente suele hablarse de camino de perfección cuando el cristiano -precisamente para santificarse de verdad a través de las cosas de cada día-, asume voluntariamente, y de modo habitual, un conjunto de medios intensos y explícitos de santificación. Así lo hacen los religiosos, y por eso reconoce la Iglesia su vida como un estado de perfección.
En este sentido, desde el principio de nuestro estudio tendré siempre en cuenta el paralelismo fundamental que existe entre los religiosos y los laicos: unos y otros son humanos, unos y otros son cristianos necesitados de ayudas análogas, y todos ellos han de tender, bajo la moción de la gracia, hacia la perfecta santidad.
Los religiosos, para llegar a ella, por gracia especial de Dios, se comprometen con votos a seguir fielmente el camino de perfección trazado por una regla de vida, aprobada por la Iglesia, en obediencia continua a sus superiores y directores.
Y los laicos, a su vez, han de tender hacia la santidad (cap. 1), dedicando a Dios todas las obras diversas de la vida ordinaria (cap. 2). Ésa es, como he dicho, la vía fundamental de santificación para todos los cristianos, laicos, sacerdotes y religiosos. Pero también es aconsejable para los laicos -así lo quiere Dios muchas veces- que busquen la ayuda de otros medios de perfección, como lo hacen los religiosos: una consagración personal (cap. 3); una regla o plan de vida (cap. 4); unos votos u otros compromisos personales semejantes (cap. 5), acerca de su vida de oración, ayuno y limosna (cap. 6); así como una dirección espiritual (cap. 7).
Cuando se asumen todos o algunos de estos elementos, sí que se forma entonces un camino laical de perfección, en su sentido más estricto. Y ello puede, como es obvio, hacerse en forma privada o comunitaria:
-Comunitariamente. No pocas asociaciones cristianas de fieles laicos ofrecen a sus miembros un camino de perfección, que integra todos o varios de esos medios. Y la Iglesia las ha recomendado con frecuencia.
-Individualmente. También estos medios de perfección son muy aconsejables a aquellos laicos que, por una u otra causa, no pueden beneficiarse de esa vida espiritual comunitaria organizada.
Pues bien, de estos temas hablaré en este escrito, sin entrar apenas en otras cuestiones que, sin duda alguna, tienen gran importancia para la santificación de los laicos, como son la vida litúrgica, la educación de los hijos, la actividad social y política, etc. [*]
El título, por tanto, de esta obra expresa con aceptable precisión mi intento. Éstos son caminos laicales de la perfección cristiana.
[*] Lo haré con gran brevedad, porque con más amplitud ya he tratado de varios de estos temas en otros lugares. Pueden consultarse, por ejemplo: de José RIVERA - J. M. IRABURU, en la Síntesis de espiritualidad católica (= Síntesis), la vocación de los cristianos a la santidad (págs. 184-194, 201-204), la función de la ley en la vida cristiana (págs. 533-551), los votos (págs. 551-553), la tríada penitencial oración, ayuno y limosna (287-290). Y estas otras obras: J. M. IRABURU, El matrimonio en Cristo; Libertad y dirección espiritual; Entre acompañamiento y dirección espiritual; Cristianismo y mundo secular (de próxima publicación). Al final de este escrito se dan las referencias bibliográficas de éstos y de otros libros citados.
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