lunes, 7 de octubre de 2013

Cardenal Angelo Amato: "Hoy la iglesia y el mundo tienen la urgente necesidad de santos"

Cardenal Angelo Amato: "Hoy la iglesia y el mundo tienen la urgente necesidad de santos"


En la homilía el Cardenal Angelo Amato afirmó "Hoy la Iglesia y el mundo tienen la urgente necesidad de santos". Compartimos algunos puntos destacados de la homilía -y un video al final de este post- en los que el Cardenal Amato describió con claridad los rasgos esenciales de la vida de nuestro Beato el Cura Brochero.    


«¿Quién fue este sacerdote, y qué fue lo que hizo para ser tan querido y venerado por el pueblo argentino?

La respuesta es simple. Fue un sacerdote completamente dedicado a las almas, todo lo que hizo tuvo como horizonte el bien y la santificación de los fieles, sobre todo de los más necesitados.

Brochero trabajador social: La figura de Brochero ha interpelado reflexiones y miradas desde distintos ámbitos de la sociedad. Su testimonio de vida puede ser meditado desde diversas dimensiones: religiosa, moral, social, política: Promovedor del "progreso de la sociedad y el bienestar de los individuos de las familias, de toda la comunidad" y "su apoyo al crecimiento moral y espiritual de los fieles". En síntesis, una vida cuyo trabajo profundo fue por el bien "de la dignificación de la persona humana", ya que "el desarrollo social fue para él tan importante como el bienestar espiritual".

Brochero comunicador: Nuestro Beato era un comunicador: su lenguaje era simple, sencillo, se dirigía a la gente con palabras y expresiones típicas del lugar que formaban parte del modo de hablar popular, para que sus fieles pudiesen comprender fácilmente lo que decía. Su predicación despertaba alegría, esperanza, entusiasmo, tocaba los corazones convirtiendo, incluso a los pecadores más empedernidos. Si bien a primera vista podía dar la impresión de ser algo tosco, al conocerlo personalmente y ver la coherencia perfecta entre su vida y las enseñanzas evangélicas, se des cubría enseguida la nobleza humana y la riqueza espiritual de su persona.

Su estilo evangelizador: se caracterizó por los ejercicios espirituales que solía llamar "baños del alma", "escuela de virtudes", "muerte de los vicios". El Cura Brochero estaba convencido de la eficacia de los ejercicios espirituales como un instrumento para adjudicar a la inteligencia la luz de la verdad divina, para que la gracia triunfe en los corazones de los más pequeños. Por ello organizada continuamente turnos de ejercicios espirituales representados por un número de fieles, cada vez mayor.

Su caridad pastoral: Los fieles sentían que era uno de ellos, lo amaban, lo seguían. Su caridad pastoral generaba comunión. Era un pastor y un padre para todos. Pero sus predilectos fueron los pobres, los enfermos, y los pequeños. Se encargaba de conseguirles alimentos, ropa, de asistirlos de acuerdo a sus posibilidades.

Su estilo sacerdotal: Además de predicador y catequista, Brochero fue un hombre de oración, de misa diaria, profundamente devoto de la Virgen María a quien le dedicaba el rezo del santo rosario. De esta unión con Dios proclama la fortaleza con la que superó las numerosas pruebas de su ministerio sacerdotal, no solo las críticas y la adversidad, sino también las enfermedades y la lepra. Su modo de vivir el sacerdocio nos recuerda a los sacerdotes tres consignas: En primer lugar, la constancia en el ministerio de la sagrada doctrina, en el ejercicio generoso de regalar a todos la palabra de Dios. El Papa Francisco ha dicho recientemente a los sacerdotes: "lean y mediten continuamente la palabra de Dios. Enseñen lo que han creído y practiquen lo que han enseñado". En segundo lugar no cansarse de ser misericordioso, rezando, celebrando, adorando, perdonando. La celebración de los sacramentos, y la oración de alabanza y súplica hecha por los sacerdotes es la voz del pueblo de Dios, de la humanidad toda. En tercer lugar, ejercitar con alegría el ministerio sacerdotal de Cristo. Es en esta alegría donde florece la caridad y la santidad. El beato Brochero siempre estaba sereno y alegre.

Hoy la iglesia y el mundo tienen la urgente necesidad de santos, en la familia, en los medios de comunicación, en la educación, en la política, en la economía. Los santos son promotores del verdadero bienestar social y son humanizadores del progreso».





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Beatificación del Cura Brochero en Argentina






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