sábado, 20 de agosto de 2011

Benedicto XVI: “Los jóvenes necesitan auténticos maestros”

Benedicto XVI: “Los jóvenes necesitan auténticos maestros”


El Escorial (España), 19 Ago. 11 (AICA).- En el segundo acto público de su visita hoy al Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, Benedicto XVI mantuvo un encuentro con jóvenes profesores universitarios. En nombre de ellos lo saludó Alejandro Rodríguez de la Peña, profesor de Historia, quien agradeció al Papa su “fecundo magisterio sobre la vocación universitaria y, en particular, sobre la relación entre ciencia y Fe, y sobre el lugar vital de la religión revelada en la sociedad actual”.

En alusión a la vocación docente del Santo Padre le dijo: “Su condición de insigne profesor universitario lo hace especialmente sensible a nuestras inquietudes y aspiraciones en una época en la que no resulta fácil vivir como cristianos coherentes en el ámbito universitario. No pocos de los aquí reunidos vivimos una experiencia personal de conversión a Cristo en la que la razón y el conocimiento fueron un eficaz auxilio a la acción de la gracia y no al contrario. La reciente beatificación del cardenal John Henry Newman fue para todos los católicos un signo elocuente de la importancia que Su Santidad otorga a la dimensión intelectual de la vivencia cristiana”.

A continuación tomó la palabra Benedicto XVI, quien empezó su alocución agradeciendo “las amables palabras de bienvenida, así como la música interpretada, que resonó de forma maravillosa en este monasterio de gran belleza artística, testimonio elocuente durante siglos de una vida de oración y estudio”.

El Papa recordó sus “primeros pasos como profesor en la Universidad de Bonn. Cuando todavía se apreciaban las heridas de la guerra y eran muchas las carencias materiales, todo lo suplía la ilusión por una actividad apasionante, el trato con colegas de las diversas disciplinas y el deseo de responder a las inquietudes últimas y fundamentales de los alumnos”.


La Universidad algo más que mera capacitadora técnica

Benedicto XVI apuntó que en ocasiones “se piensa que la misión de un profesor universitario sea hoy exclusivamente la de formar profesionales competentes y eficaces que satisfagan la demanda laboral en cada preciso momento. También se dice que lo único que se debe privilegiar en la presente coyuntura es la mera capacitación técnica”.

“Sin embargo -añadió el Obispo de Roma-, “ustedes que han vivido como yo la Universidad, y que la viven ahora como docentes, sienten sin duda el anhelo de algo más elevado que corresponda a todas las dimensiones que constituyen al hombre”, y advirtió que “cuando la sola utilidad y el pragmatismo inmediato se erigen como criterio principal, las pérdidas pueden ser dramáticas: desde los abusos de una ciencia sin límites, más allá de ella misma, hasta el totalitarismo político que se aviva fácilmente cuando se elimina toda referencia superior al mero cálculo de poder”.

El Papa proclamó que “la Universidad fue, y está llamada a ser siempre, la casa donde se busca la verdad propia de la persona humana. Por ello, no es casualidad que fuera la Iglesia quien promoviera la institución universitaria, pues la fe cristiana nos habla de Cristo como el Logos por quien todo fue hecho, y del ser humano creado a imagen y semejanza de Dios”.



Misión de los profesores universitarios

“De ahí” -recalcó el Santo Padre a los profesores universitarios- “su importante y vital misión. Son ustedes quienes tienen el honor y la responsabilidad de transmitir ese ideal universitario”.

El Vicario de Cristo aseguró que “los jóvenes necesitan auténticos maestros; personas abiertas a la verdad total en las diferentes ramas del saber, sabiendo escuchar y viviendo en su propio interior ese diálogo interdisciplinar; personas convencidas, sobre todo, de la capacidad humana de avanzar en el camino hacia la verdad” y tras afirmar que “la juventud es tiempo privilegiado para la búsqueda y el encuentro con la verdad”, citó a Platón: “Busca la verdad mientras eres joven, pues si no lo haces, después se te escapará de entre las manos”.

“Los animo encarecidamente -exhortó el Papa-, a no perder nunca dicha sensibilidad e ilusión por la verdad; a no olvidar que la enseñanza no es una escueta comunicación de contenidos, sino una formación de jóvenes a quienes deben comprender y querer, en quienes deben suscitar esa sed de verdad que poseen en lo profundo y ese afán de superación. Sean para ellos estímulo y fortaleza”.


Un amor rico en inteligencia

El Santo Padre señaló que “no podemos avanzar en el conocimiento de algo si no nos mueve el amor; ni tampoco amar algo en lo que no vemos racionalidad: pues no existe la inteligencia y después el amor: existe el amor rico en inteligencia y la inteligencia llena de amor”.

“Si verdad y bien están unidos, también lo están conocimiento y amor. De esta unidad deriva la coherencia de vida y pensamiento, la ejemplaridad que se exige a todo buen educador”, aseguró el Pontífice.

El Papa advirtió que “en el ejercicio intelectual y docente, la humildad es asimismo una virtud indispensable, que protege de la vanidad que cierra el acceso a la verdad. No debemos atraer a los estudiantes a nosotros mismos, sino encaminarlos hacia esa verdad que todos buscamos”.

Finalmente el Santo Padre invitó a los profesores universitarios a “volver siempre la mirada a Cristo, en cuyo rostro resplandece la Verdad que nos ilumina, pero que también es el Camino que lleva a la plenitud perdurable, siendo Caminante junto a nosotros y sosteniéndonos con su amor. Arraigados en Él, serán buenos guías de nuestros jóvenes”.






 
 

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